La continuidad de la invasión de Rusia a Ucrania y medidas adoptadas por los países productores acentuaron la presión alcista sobre el petróleo que hoy alcanzó valores máximos en más de una década.

El Brent cotizó a USD119,77 su máximo valor en casi 10 años. De esta forma en 2022 registró un ascenso de 53,77%.

Por su parte, el WTI escaló hasta USD116,57, valor que no alcanzaba desde septiembre de 2008. Este año el alza acumulada por esta variante es de 54%.

En ambos casos tiene principal preponderancia la guerra entre Rusia y Ucrania, que al prolongarse en el tiempo aumenta la incertidumbre de los inversores y acentúa la volatilidad.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) anunció esta semana la liberalización de 60 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de sus miembros en todo el mundo para garantizar que no habrá problemas de suministro por el conflicto bélico.

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“La situación en los mercados de energía es muy seria y exige nuestra completa atención. La seguridad de la energía global está bajo amenaza, poniendo en riesgo la economía mundial durante una etapa frágil de la recuperación.”, señaló la entidad en un comunicado.

Antes del inicio del conflicto en el este de Europa, el mercado ya se presentaba ajustado debido a la creciente demanda de energía derivada de la salida global de crisis de la covid-19 y la oferta limitada.

Cabe recordar que además de ser gran productor de petróleo, Rusia es el exportador más importante de gas natural del mundo por lo que la situación de todo el sector energético, en especial en Europa, está amenazado.

En tanto, la OPEP anunció ayer que no cambiará su plan de subir “sólo moderadamente” la oferta de crudo a pesar de la gran escalada de los precios.

Cabe recordar que en 2017 comenzaron a reducir la oferta del fluido con el objetivo de reducir la demanda excedente.