Por Iván Cachanosky (*)

La delicada situación en el mercado cambiario continúa siendo uno de los principales problemas del Gobierno.

A pesar de haber logrado una negociación exitosa con los bonistas de ley extranjera y ley local, la demanda por el dólar continúa latente.

Como si esto fuera poco, las reservas internacionales netas se encuentran nuevamente en mínimos, por lo que el poder de acción allí es mínimo.

No obstante, el Gobierno podrá conseguir algo de respiro a través del BCRA y la ANSES.

Es que el Banco Central accedió a títulos con un valor que supera los US$15.000 millones, aunque aplicando una ´exit yield´ de 12%, la valuación del mercado de los bonos rondará en los US$7.600 millones.

Por su parte, la ANSES canjeó alrededor de US$9.000 millones.

De esta manera, tanto el BCRA como la ANSES podrían vender bonos para disminuir la brecha entre el dólar contado con liquidación y el oficial.

Por lo que trasciende, la estrategia no consistiría en salir a bajar el contado con liquidación, sino en mantenerlo en el rango de $130-140 y a medida que el dólar oficial se incrementa, la brecha se reduciría.

El problema es que la estrategia solo puede ganar tiempo pero lejos está de solucionar el problema de fondo. Se debe entender que, el foco de la complejidad en el mercado cambiario es de confianza.

Sin embargo, más allá la cuestión de fondo, el problema en el mercado cambiario es de flujo, ya que se demandan constantemente dólares mes a mes, mientras que los bonos del BCRA y ANSES son variables de stock.

¿Qué ocurrirá con el mercado cambiario cuando el BCRA y la ANSES no puedan ofrecer más dólares? Este escenario no es muy distinto al que tuvo en su momento el ex presidente del BCRA, Federico Sturzenegger.

En marzo del 2018, el mercado cambiario temblaba por la fuerte demanda de dólares y se decidió comenzar a utilizar reservas para calmar al mercado.

En un principio, la devaluación no ocurrió porque se utilizaron en torno a US$12.000 millones para saciar la demanda de dólares. Sin embargo, lo único que se logró fue retrasar lo inevitable.

Luego, la devaluación llegó de todos modos porque se cometía el mismo error: no había un plan económico que genere confianza.

En esta ocasión, el BCRA no tiene un elevado stock de reservas internacionales. Lo que tiene es un stock de bonos en dólares que puede vender. Con esto, se podrá comprar tiempo, pero eventualmente la demanda seguirá presionando y cuando esta oferta artificial se agote, el mercado cambiario volverá a sus complicaciones.

El martes 15 de septiembre, el ministro de Hacienda Guzmán deberá presentar el Presupuesto 2021. Ahí se presentará una gran oportunidad para intentar recuperar la confianza y calmar las aguas en el mercado cambiario.

Sin embargo, para que la confianza llegue será necesario un acuerdo con el FMI, lo que a su vez probablemente implique promesas de reformas estructurales.

Cuanto mayor sean las reformas estructurales, mayor será la recuperación de la confianza y la tranquilidad en el mercado cambiario.

Si por el contrario, se opta por no reducir el gasto público y el déficit fiscal, la crisis de confianza continuará, con su correspondiente correlato en el mercado cambiario.

Recordemos, siempre se supo que una negociación exitosa con los acreedores era una condición necesaria pero no suficiente para salir de la decadencia.

Era el primer paso de varios que Argentina debe dar. Entre esos pasos se encuentran las reformas estructurales que el país viene necesitando hace ya varios años.

(*) - Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso.