El mercado se pregunta cómo queda la relación de poder en la alianza gobernante
Massa ya tenía hombres propios en el Ministerio de Transporte, y ahora suma Economía, Producción, Agricultura, la AFIP y la relación con los organismos multilaterales.
Hasta ahora los mercados tenían claro que Cristina Kirchner era la voz determinante en el Frente de Todos, pero consideraban que Alberto Fernández retenía alguna cuota de poder para tomar decisiones.
Con la llegada de Sergio Massa a un superministerio, esa mirada empezó a cambiar, según pudo recoger Noticias Argentinas en consultas con referentes del sistema financiero.
Massa ya tenía hombres propios en el Ministerio de Transporte, y ahora suma Economía, Producción, Agricultura, la AFIP y la relación con los organismos multilaterales.
Será superministro, con el riesgo que eso implica para el rol de la figura presidencial.
Ya ocurrió en los ´90 con Carlos Menem, quien eyectó a Domingo Cavallo cuando se convenció de que su ministro de Economía le podía disputar poder, y también con Roberto Lavagna, cuando Néstor Kirchner lo despidió porque empezaba a dar señales de demasiada independencia.
En los próximos días serán claves las definiciones que se transmitan a los hombres de negocios, para tener un panorama claro de cómo será la convivencia en el seno del poder.
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Analistas políticos consultados coinciden en que la situación actual se trata de una "anomalía" en el poder, que pasa a reforzar el vicio de nacimiento del Frente de Todos.
Observan que por primera vez en el país el Presidente ungido tiene menos poder que su vice.
Coinciden en señalar, además, que hasta ahora -pandemia mediante- el experimento de un Presidente con menos poder que su compañera de fórmula no salió bien.
Y explican que mostró sus problemas en la toma de decisiones en los momentos más críticos de la gestión.
Ahora se sumará Massa a la mesa clave de toma de decisiones, por lo que será indispensable sostener una coordinación a la altura de las circunstancias.
La imposibilidad de imponer medidas económicas de importancia fueron una constante.
La estrategia, ya agotada, fue aumentar el gasto público, la presión fiscal y la emisión de moneda.
Los tiempos se aceleraron luego de la abrupta salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía.
Massa deberá dar certezas sobre cuál es el rumbo que pretende imprimir a la política económica, y se verá si puede capitalizar su cercanía con los mercados.
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Los inversores y hombres de negocios son renuentes a acercarse al kirchnerismo, por la tendencia de Cristina Kirchner a aplicar políticas intervencionistas.
Habrá que ver si Massa puede revertir esa mirada, con decisiones que brinden tranquilidad a los tenedores de deuda, que empezaban a convencerse de que el país marchaba hacia un nuevo default.
Entre los empresarios también se preguntan si el superministro tendrá la muñeca necesaria para acercarse a la oposición y sacar en el Congreso leyes que seguramente necesitará para su gestión, como declarar una Emergencia Económica.