En el gobierno repiten con cierta insistencia que lo hecho hasta aquí no ha sido más que un sinfín de aciertos de gestión. Lo cierto es que cualquiera que tenga un mínimo nivel de análisis de estos primeros veintinueve meses de gobierno entiende que el fracaso es rotundo: solo hace falta observar el nivel de pobreza y la inflación para entender que algo no ha funcionado como debía.

El propio oficialismo se encuentra en un terreno desconocido que oscila entre la escasez de recursos y la falta de aceptación popular. El Gobierno no está comprendiendo bien qué es lo que pasa: los planes “platita” ya no funcionan. Incluso el último plan social en anunciarse es un absoluto delirio: fue caratulado como “Cuidar con igualdad”. Luego del bono de 18.000 pesos que alcanzó a prácticamente un 30% de la población, llega este nuevo producto nacional y popular: dinero y algunos días más sin trabajar hubiesen sonado perfecto en épocas pasadas donde la sociedad se conformaba con poco. Hoy parece que el hartazgo hace que toda medida populista se diluya en el mismo momento que se anuncia.

Es sorprendente que aún utilicen la palabra “gratis” o “sin costo para la gente” cuando toman medidas de esta índole. El nuevo plan “cuidar con igualdad” extiende las licencias (que pasan de 90 a 126 días para las madres y de 2 a 90 días para los padres). Además otorga un salario mínimo vital y móvil por el tiempo que dure cada una de las licencias a todos los monotributistas. Lo interesante es que según el Gobierno esto no será un costo adicional que tengan que enfrentar los empleadores. Parecería ser que los funcionarios de turno jamás han tenido un empleado a su cargo ya que no entienden lo más elemental: cuando un empleado no está, hay que reemplazarlo. Y esto no es una cuestión meramente salarial, sino que además se necesita capacitación e inversión en recursos para que se pueda reemplazar la ausencia (sea por 30, por 90 o por 126 días como plantea el nuevo programa). Además, los fondos saldrán de la caja de ANSES, por lo que si efectivamente lo paga el organismo previsional significa solo una cosa: lo pagaremos entre todos, especialmente los jubilados y pensionados que ya afrontan un sistema jubilatorio que los ha hundido en la más extrema pobreza. 

El nuevo esquema de licencias además estipula cambios en la denominación de las mismas. Ya no existirá la licencia por maternidad (será a partir de ahora “licencia por persona gestante”) y tampoco estará más entre nosotros la licencia por paternidad (la que ahora pasará a denominarse “licencia por persona no gestante). Realmente piensan que siendo “inclusivos” con tamaña estupidez la Argentina será más justa: pues no, y nada están haciendo por los 19 millones de pobres, los 4 millones de indigentes y por los cientos de miles de empleados que aún con trabajos registrados no logran superar la línea de pobreza. 

Argentina es un país en donde una parte de la sociedad se olvidó de las obligaciones y solo considera tener derechos. El país ha sido tan golpeado por el populismo que aún nos cuesta comprender que no hay nada, absolutamente nada, gratis. La sociedad está partida entre los que creen tener todos los derechos y los que ya no quieren solventar este nivel de delirio público. Mientras tanto el país sigue poco a poco arrimándose a un abismo que el gobierno no parece entender su dimensión.