El comisario de Milei en el sector pesquero es el subsecretario de pesca, Juan Antonio López Cazorla, y su oficina le bajó el martillo al caso que durante un par de semanas conmocionó al silencioso sector compuesto por empresas pesqueras que operan en el Mar Argentino, uno de los que tiene más potencial pesquero porque el Océano Atlántico Sur está considerado el mayor caladero productivo del planeta.

Un caladero se refiere a una zona marítima donde los pescadores tienden a calar sus redes por la existencia de condiciones favorables que facilitan la abundancia de pesca. Y, Argentina podría convertirse en una verdadera factoría capaz de abastecer a la población mundial con alimentos de mar. 

Hace unas horas la oficina de Cazorla decidió que, ”...de las 139 toneladas de merluza negra decomisadas del barco Tai An de la empresa Prodesur S.A. y amparado en el artículo 53-, la autoridad de pesca ordenó sustituir por un importe en dinero equivalente al valor de mercado al momento de arribo a puerto del buque en cuestión. Este monto asciende, al día de hoy, a 2.500 millones de pesos que serán ingresados al Fondo Nacional Pesquero (Fonape)”.  

O sea, la empresa de Liu Zhijiang deberá comprar la captura que su buque Tai-An realizó y pagar por ella 2.500 millones de pesos por las 139 toneladas que luego, deberá, intentará colocar en el mercado externo.

La sanción aplicada a la empresa incluye la prohibición de despacho de pesca por 45 días y una multa de $113.400.000, que, al haberse allanado según la normativa, se reduce en un 50%, y alcanza los $56.700.000. 

En la empresa Prodesur, que pertenece al ciudadano chino Liu Zhijiang, empresario muy conocido en la ciudad de Ushuaia que asegura ser poseedor de un Rembrandt auténtico entre sus pertenencias además de ser un reconocido financista que reunió una fortuna con el cambio de divisas, aseguraron a NA que, es un tema que se saldará y quedará en el pasado y el buque Tai-An, más pronto que tarde, saldrá nuevamente a la mar. 

Los funcionarios de la subsecretaría de pesca registraron que el buque Tai-AN no contaba con la cuota autorizada para la pesca de este ejemplar y superaba ampliamente las cinco toneladas autorizadas de manera “incidental”, en relación al máximo permitido que puede entremezclarse en el cardumen que se pesca. Había 139 toneladas. 

En Prodesur trabajan para reducir la sanción de permanencia en el puerto del buque pesquero por un mes y medio y en voz baja comprenden que las sanciones podrían haber sido peores a juzgar por la inquina que tienen contra ellos, las tres compañías pesqueras dueñas de los cupos que reparte el Consejo Federal Pesquero, por el que queda bastante claro que se trata de un negocio discrecional donde los cupos suelen terminar, casi siempre, en las mismas manos. 

Porque, el sheriff de la pesca, José Antonio López Cazorla no se hubiera enterado de las andanzas marítimas del capitán del barco de Liu Zhijiang sino hubiera sido por la denuncia que realizaron los ejecutivos de las tres empresas con cupos de captura legales.  

En el puerto bonaerense de Mar del Plata tienen mucha información de lo que sucede al sur de su ciudad y del país. Un sector de la economía que, para muchos empresarios del puerto de Mar del Plata, esta cartelizado porque los cupos los obtienen siempre las mismas compañías.  

Desde Pesantar, del grupo NewSan del empresario Rubén Chernajosvky, pasando por los noruegos de Estremar con lazos con los árabes de la empresa Ocean Harvest con sede en Abu Dhabi, y los españoles de Argenova del grupoo Nueva Pescanova. 

Fueron los representantes de esta empresa los que levantaron sus dedos índices para señalar la captura de merluza negra, entre las que se hallarían ejemplares jóvenes de la especie, lo que agravaría la situación para Prodesur porque generaría un daño ambiental irreparable, y pusieron la oxidada maquinaria estatal de control a trabajar. 

Pero nada sucedió como se esperaba y la mini crisis pesquera se llevó puesta a tres funcionarios nacionales. 

Según expresaron en voz baja varios integrantes del sector pesquero, dos de los funcionarios que renunciaron por el escándalo del Tai-AN, Julián Suárez de la oficina de control y fiscalización pesquera y Abdalá Bertiche, ex director nacional de acuicultura, “siempre velaron por los intereses de las tres grandes empresas que obtienen los cupos de pesca de la merluza negra desde la década del ‘90 y no tanto por la indignación que sintieron por la llamada de un ex funcionario de Cancillería, Pablo Ferrara Raisberg", que habría abogado por el empresario chino Liu Zhijiang que, entre otras particularidades, asegura ser poseedor de un Rembrandt auténtico, “Encuentro de Jacob y Raquel en el pozo de agua”, del año 1600.  

Sea como fuere, la merluza negra o el bacalao austral, es el verdadero botín porque, de los habitantes marinos, es una de las especies más deliciosas y codiciadas por consumidores de Europa y de Asia que no dudan en desembolsar su dinero para acceder a los frutos del mar austral argentino.