La ola de calor y la sequía ya puso en tensión al servicio eléctrico en las zonas de mayor densidad de población y está haciendo estragos en vastas regiones agrícolas, generando un doble impacto para la política económica del gobierno.

Por un lado se profundizará el desfasaje de la balanza energética y por otro los recursos fiscales previstos por una cosecha de unas 140 millones de toneladas podrían se verán recortados.

La situación del sector agrícola fue analizada por el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el Ministro de Agricultura, Julián Domínguez, en un encuentro que se realizó en la Casa Rosada.     

"Estamos en un monitoreo permanente, en contacto con los ministros de las provincias, haciendo una evaluación y un diagnóstico de la situación y del impacto del cambio climático sobre los distintos cultivos", señaló Domínguez luego del encuentro mediante un comunicado de prensa.

Agricultura estimó que en el último semestre hubo una disminución de hasta 200 milímetros de precipitaciones en algunas zonas y señaló que “se está observando con preocupación la evolución de la zona núcleo, especialmente en lo que respecta al maíz de primera, la soja, y la falta de disponibilidad de forraje o pasto para la ganadería en algunos lugares”.

En 2021 las cuentas públicas tuvieron un respiro por el volumen de la cosecha y el aumento de precios, factores que al parecer jugarán en contra este año complicando las estimaciones fiscales y en especial el ingreso de dólares al país.

Durante el encuentro con Manzur, Domínguez solicitó fondos para asistir a los productores afectados.

"Con el Jefe de Gabinete hablamos de la necesidad de estar preparados para dar solución a esta situación, ya que vamos a tener un impacto en el sector, del que tendremos una evaluación después de la tercera semana de enero. Por eso coincidimos en poner operativo el fondo de emergencia nacional para asistir y acompañar a los productores en este momento de dificultades", concluyó Domínguez.