La Argentina incurrió hoy en un nuevo incumplimiento en el pago de deuda y con ello está técnicamente en default, por lo que el Gobierno decidió acelerar los tiempos para evitar demandas judiciales y sanciones, y alcanzar lo antes posible un acuerdo con los acreedores para reestructurar más de 66.000 millones de dólares.

A las 18:00 de este viernes (17:00 de Nueva York), al no efectuar el pago de intereses por 503 millones de dólares correspondientes a los bonos Global AA21, AA26 y AA46 vencidos el 22 de abril, el país alcanzó el noveno default en su historia.

Lo cierto es que, en esta oportunidad, el Gobierno trabaja aceleradamente para que ese incumplimiento quede subsanado con la firma de un acuerdo con los acreedores que los disuada de iniciar demandas judiciales.

Lo que quizá no pueda evitar es que las calificadoras de riesgo coloquen al país en default selectivo, aunque en el actual contexto de pandemia y crisis global tendrá pocas consecuencias.

En definitiva, si el Gobierno logra antes del 2 de junio un acuerdo con los bonistas -o avanza en el diálogo que haga presumir el cierre de las negociaciones- evitará que se activen la cláusula de "cross default", que habilita a todos los acreedores a reclamar el pago de la deuda total.

Sin embargo, para eso, los acreedores deberán conseguir al menos una coincidencia del 25%, cuestión que, por el momento, aparece muy lejana, pues los principales fondos de inversión dieron señales de estar en vías de un acercamiento.