El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó hoy la primera revisión del programa de Facilidades Extendidas vigentes con la Argentina y dispara un giro de US$ 4.010 millones. 

Además, aceptó flexibilizar las metas trimestrales intermedias para ajustarlas al shock de precios de alimentos y energía que produjo la invasión de Rusia a Ucrania pero a cambio de mantener sin cambios los objetivos anuales. Para esta recalibración no fue necesario el pedido de un waiver.

La auditoría corresponde a las metas pactadas para el primer trimestre del año, que ya habían tenido el visto bueno del staff técnico que se ocupa del caso argentino encabezado por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina.

El voto positivo habilitó un desembolso de 3.000 DESGs (la moneda del FMI) equivalentes a US$ 4.010 millones que fortalecerán las reservas del banco central.

“La economía argentina continúa con su recuperación posterior a la pandemia, pero se ve afectada por los shocks asociados con la guerra en Ucrania y las incertidumbres globales más amplias. Los precios mundiales más altos de los alimentos y la energía se suman a las presiones inflacionarias y desafían los objetivos fiscales y de acumulación de reservas. A pesar de estos choques, las autoridades cumplieron con todos los objetivos cuantitativos a fines de marzo de 2022 y han avanzado en la implementación de los compromisos estructurales del programa", sostuvo hoy el FMI en un comunicado difundido esta noche en Washignton. 

Frente a este escenario el FMI dijo que la Argentina se comprometió "a mantener los objetivos del programa de fin de año con cierta flexibilidad en las trayectorias trimestrales para adaptarse a los choques". Las metas anuales que el FMI considera inalterables son: déficit primario de 2,5% del PIB, US$ 5.800 millones de acumulación de reservas, y 1% del PIB de asistencia del BCRA al Tesoro.

En las últimas reuniones los funcionarios argentinos y del FMI habían comenzado a trabajar sobre un escenario diferente debido al stress que sufrieron las cuentas públicas por las implicancias de la invasión de Rusia a Ucrania.

Desde el Palacio de Hacienda se explicó que la asistencia adicional que tuvo que realizar el Estado para contener la situación social y la necesidad de adelantar compras de energía a precios muy superiores trastocaron la estacionalidad con la que se había diagramado el programa.

Según el programa original el déficit del primer semestre acumulado no podía pasar los $ 566.000 millones. Los datos oficiales a mayo muestran un desfasaje de $ 462.000 millones, dejando un insuficiente margen de $ 100.000.

De allí que se recalibrará esta meta y la de acumulación de reservas, que se mantiene en $ 5.800 para el año pero que será más laxa para los primeros seis meses del año.

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Otro punto importante es el recálculo de la inflación. El pacto original estipulaba un rango entre 38% y 48% pero el Gobierno ya trabaja con una estimación entre 52% y 62%

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Si bien el FMI admitió la recalibración advirtió: "Cumplir con el objetivo de déficit fiscal primario del 2,5 por ciento del PIB en 2022 es esencial para moderar la demanda interna, limitar el financiamiento monetario del déficit y respaldar la acumulación de reservas, y requerirá una implementación y un seguimiento firmes de los compromisos presupuestarios. También se necesitan esfuerzos sostenidos para mejorar el cumplimiento tributario, reducir los subsidios a la energía y fortalecer la gestión de las finanzas públicas".