El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en un informe propio que la guerra en Ucrania provocará en la economía global un grave golpe que frenará el crecimiento y elevará los precios.

El organismo internacional afirmó que “la economía mundial sentirá los efectos de la desaceleración del crecimiento y el aumento de la inflación” y detalló que “los efectos se transmitirán por tres canales principales: en uno, los precios más altos de productos básicos como los alimentos y la energía elevarán aún más la inflación, lo cual a su vez erosionará el valor de los ingresos y deprimirá la demanda”.

“En el segundo, las economías vecinas en particular tendrán que hacer frente a perturbaciones en el comercio, las cadenas de abastecimiento y las remesas, así como a un aumento histórico de los flujos de refugiados. Y en el tercero, la confianza mermada de las empresas y la mayor incertidumbre de los inversionistas incidirán en los precios de los activos, endureciendo las condiciones financieras y posiblemente provocando salidas de capitales de las economías emergentes”, indicó el análisis.

El FMI tiene en cuenta que Rusia y Ucrania son importantes productores de materias primas, por lo que las perturbaciones han provocado una escalada de los precios mundiales, sobre todo del petróleo y del gas natural, a la par que los costos de los alimentos se han disparado. En tanto que el trigo, del que Ucrania y Rusia exportan un 30% mundial, ha alcanzado precios históricos.

En este sentido, el ente financiero asegura que “las economías que dependen de las importaciones de petróleo registrarán mayores déficits fiscales y comerciales y un aumento de la presión inflacionaria, pero algunos exportadores, como los de Oriente Medio y África, se beneficiarán de los precios más altos”.

A su vez, considera que “a largo plazo, es posible que la guerra altere fundamentalmente el orden económico y geopolítico mundial, si se produjeran una transformación del comercio de energía, una reconfiguración de las cadenas de abastecimiento y una fragmentación de los sistemas de pagos, y si los países se replantearan la composición de sus tenencias de monedas de reserva. El agravamiento de la tensión geopolítica acrecienta los riesgos de fragmentación económica, sobre todo en materia de comercio y tecnología”.

En lo que respecta a la región, el FMI señala que “es probable que los precios elevados de las materias primas aceleren notablemente la inflación en América Latina y el Caribe, en donde cinco de las principales economías ya registran una tasa anual media de 8%: Brasil, México, Chile, Colombia y Perú”, agregando que “es posible que los bancos centrales tengan que defender con más tesón la credibilidad de la lucha contra la inflación”.

Asimismo, el informe sostiene que “los efectos del encarecimiento de las materias primas en el crecimiento varían”, ya que “los precios más altos del petróleo perjudicarán a los importadores en América Central y el Caribe, mientras que los exportadores de petróleo, cobre, mineral de hierro, maíz, trigo y metales pueden cobrar más por sus productos y amortiguar el impacto en el crecimiento”.

Aun así, señala que “las condiciones financieras siguen siendo relativamente favorables”, aunque alerta que “la intensificación del conflicto puede causar tensiones financieras mundiales que, sumadas a una política monetaria más restrictiva, impondrán un lastre al crecimiento”.