Las economías de América Latina y el Caribe están perdiendo fuerza después de una fuerte recuperación el año pasado, por lo cual los gobiernos de la región "deberán combinar la lucha contra la inflación con políticas estructurales que reaviven el crecimiento", afirmó hoy el FMI.

Según el organismo, después de un "dramático colapso económico" en 2020, el crecimiento en la región se recuperó a un 6,8% estimado para 2021, "impulsado por un sólido crecimiento de los socios comerciales, precios más altos de las materias primas y condiciones financieras externas favorables".

En el frente interno, el progreso en las vacunas, el apoyo fiscal continuo en algunos países y los ahorros acumulados desde 2020 también respaldaron el crecimiento, de acuerdo con el informe publicado en el blog del FMI, con las firmas de Ilan Goldfajn, Anna Ivanova y Jorge Roldos.

LEER MÁS: Dura mirada del Washington Post sobre la Argentina: "La inflación como forma de vida"

Recientemente, el Fondo Monetario estimó que el crecimiento latinoamericano se desacelere a 2,4% este año, contra el 3% que había pronosticado en octubre último.

"Una desaceleración es inevitable a medida que las economías regresan a sus niveles de PIB previos a la pandemia. Pero la rebaja refleja otros desafíos, incluido un crecimiento más lento en China y Estados Unidos, continuas interrupciones en el suministro, condiciones monetarias y financieras más estrictas y el surgimiento de la variante Omicron", señaló ahora el organismo.

También recordó que durante 2021 la inflación de los países de la región fue la más alta de los últimos 15 años, impulsada por subas en los precios de los alimentos y de la energía.

No obstante, aclaró que muchos factores han contribuido al aumento de la inflación, como el aumento de los precios de las materias primas y las importaciones, las depreciaciones del tipo de cambio, así como la liberación de la demanda reprimida de los consumidores y un cambio en el gasto hacia los bienes en lugar de los servicios.

Para el FMI, "dada la historia de alta inflación de la región, los grandes bancos centrales reaccionaron rápida y decisivamente al fuerte aumento de los precios al consumidor".

"Las expectativas de inflación a largo plazo siguen relativamente bien ancladas, lo que refleja la confianza en la política monetaria para que la inflación vuelva a los objetivos. Sin embargo, las expectativas de inflación a corto plazo son elevadas, lo que sugiere la necesidad de una vigilancia continua y la posible acción adicional por parte de los bancos centrales en algunos países", añadió.

LEER MÁS: El acuerdo con el FMI ayudaría a flexibilizar el cepo para las empresas, según el Banco Central

En ese sentido, consideró que si el aumento de la inflación "amenaza con desanclar las expectativas de inflación, los bancos centrales tendrán que aumentar aún más las tasas de interés para señalar un compromiso continuo con las metas de inflación y evitar aumentos de precios persistentes".

Asimismo, indicó que las presiones inflacionarias en los Estados Unidos y en toda la región, "representan riesgos importantes para la recuperación".

Por tal, motivo el Fondo Monetario recomendó a los "encargados de formular políticas" que se preparen para "el endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos extendiendo los vencimientos de la deuda pública, reduciendo las necesidades de renovación fiscal de manera más general y limitando la acumulación de descalces de moneda en los balances del sector financiero cuando sea posible".