La inversión en un plazo fijo en pesos entre abril y agosto tuvo un rendimiento levemente inferior al aumento de la cotización del dólar al tipo de cambio oficial y cinco veces menor a la del paralelo o blue, en un contexto de debilidad de la moneda local, de acuerdo con el análisis de la consultora Invenómica.

La entidad dirigida por Pablo Besmedrisnik advirtió que la deja en evidencia “los fuertes desequilibrios” de la economía argentina que, agregó “no necesariamente tienen que ver con la situación de pandemia”, ya que es “una de las grandes excepciones” entre los países de América Latina.

“Entre el 1° de abril y el 28 de agosto la inversión en un plazo fijo rindió un 13%, mientras que el tipo de cambio oficial se incrementó un 18% y el blue un 67%”, detalló Invenómica, que a su vez indicó que el peso argentino se devaluó en ese lapso “mucho más que cualquier otra moneda latinoamericana”.

La consultora puntualizó que a pesar de que la mayor parte del planeta sigue acusando los efectos adversos de la pandemia, eso no se tradujo necesariamente en “saltos violentos y masivos en las variables financieras y cambiarias”.

Por el contrario, indicó que “en general los países están ingresando en un sendero de mayor normalidad y de recuperación relativamente claro” y que los países de América Latina “a grandes rasgos han contenido la inestabilidad y no han sufrido fuertes devaluaciones de sus monedas que sí son percibidas como reserva de valor”.

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Al respecto, Invenómica precisó que “en los últimos cinco meses las monedas de Chile, México, Colombia y Uruguay se han apreciado frente al dólar”, en tanto Brasil “que venía padeciendo una presión devaluatoria considerable pudo contener el golpe y entre el 1° de Abril y el 28 de agosto devaluó tan solo un 3,5% su Real”.

La realidad fue diferente en la Argentina, que en el mismo lapso, devaluó 18,2% el peso en su versión oficial.

“De todas formas, la devaluación del peso oficial es tan sólo una muestra gratis de la devaluación verificada en el mercado informal, en el marco de un fuerte control de cambios y de brecha cambiaria”, advirtió.

Al respecto, Invenómica puso como ejemplo que “si un ciudadano común y con poco acceso a mecanismos sofisticados de inversión disponía de 100 pesos el primer día del mes de abril, a fin de agosto tendría 113 pesos si optaba por constituir un plazo fijo”.

“En ese mismo plazo, si en cambio compraba dólares al tipo de cambio oficial hoy dispondría, al mismo tipo de cambio, de 118 pesos. Finalmente, si decidía comprar dólares blue hoy contaría con 167 pesos, es decir, la compra de un dólar blue el primero de abril multiplicó por más de cinco la rentabilidad de un plazo fijo”, completó.

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En ese contexto, Invenómica puso el acento en la falta de opciones de ahorro de la que dispone un pequeño ahorrista, que si optan por un plazo fijo en pesos es porque “no les queda otra” en medio de las restricciones del mercado de cambios.

“Descartando las inversiones en acciones o bonos que son muy riesgosas para ahorristas no profesionales, la rentabilidad que ofrecen los plazos fijos a las tasas corrientes no preservará el valor del dinero con las proyecciones de inflación existentes”, proyectó.

En ese sentido, señaló que “si bien hasta la fecha las tasas de los plazos fijos vienen superando a la inflación verificada, a futuro el panorama aparece como diferente y si no hay ningún cambio en la política de tasas mínimas terminarán recibiendo tasas negativas”.

En consecuencia, Invenómica advirtió que “sin cambios de raíz en la realidad macroeconómica y en las expectativas, y con alternativas de inversión en pesos con tasas poco atractivas hacia el futuro, la presión sobre el dólar permanecerá”.