El delicado equilibrio sobre cómo informar un dato sensible: ¿nace un IPC Massa?
Preocupa a algunos agentes económicos que se revivan las presiones sobre el INDEC, un organismo que desde fines de 2015 recuperó su prestigio.
La inédita decisión del Ministerio de Economía de comenzar a informar una "inflación semanal" refleja la enorme preocupación generada en la campaña electoral de Sergio Massa por el impacto que el costo de vida puede tener sobre el resultado de las generales del 22 de octubre próximo.
La decisión encierra varios riesgos, entre ellos el de meter nuevamente presión sobre un INDEC que hasta fines del 2015 sufrió los tironeos de la política, cuando estuvo intervenido por el kirchnerismo, lo que le puede terminar costando otro juicio millonario en el exterior a la Argentina por la manipulación del "Cupón PBI".
A partir de diciembre del 2015, ya con Mauricio Macri en el poder, el organismo oficial de estadísticas recuperó el respeto del mundo profesional de la mano de la gran labor de reconstrucción que llevó a cabo el recordado Jorge Todesca, que le devolvió la transparencia al principal termómetro que tienen los argentinos para saber cómo viene la temperatura del país.
El nombramiento de Marcos Lavagna al frente del instituto durante el gobierno de Alberto Fernández permitió mantener el respeto profesional hacia el descomunal trabajo que se realiza en ese organismo.
Sus números fueron tomados como referencia tanto por los organismos internacionales como por empresas, sindicatos y demás organizaciones de la sociedad civil que necesitan nutrirse de estadísticas para llevar adelante su actividad.
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El miércoles, el INDEC informó una inflación alta (12,4%), muy alta, la más elevada desde febrero de 1991, cuando el plan económico hacía agua por todos lados y la Fundación Mediterránea convenció al entonces presidente Carlos Menem de sacar a la cancha el plan que venía preparando en las sombras: la convertibilidad.
Ese programa venía con equipo económico completo, al mando de Domingo Cavallo y, como su vice, un economista liberal de pura cepa, Carlos Rodríguez. Los parecidos con la actualidad a veces sorprenden. La Mediterránea aporta el plan de Patricia Bullrich, pero Rodríguez se fue con Javier Milei.
La decisión que toma ahora Massa, de difundir un índice semanal propio basado en "datos del INDEC y otras fuentes", no cayó bien entre economistas de profesión, sobre todo los dedicados a la micro y las series estadísticas, los cuales sostienen que ese organismo es el "último refugio" que les queda para tener alguna brújula sobre cómo hacer su trabajo.
El primer dato difundido por el número dos de Economía, Gabriel Rubinstein -un economista respetado y consultor de primera línea para múltiples empresas en sus tiempos en la actividad privada-, arrojó una proyección positiva sobre una desaceleración semanal de los alimentos, el rubro más importante para calcular el IPC.
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Pero quedan algunas dudas: ¿qué pasará si en alguna semana se detecta que la inflación sube, sobre todo si se está cerca de las elecciones del 22 de octubre? ¿En qué medida difundir una estadística semanal no provocará una "presión" sobre los datos del INDEC que termine distorsionando, otra vez, las estadísticas?
En el mercado dicen que cuando algo funciona bien, mejor no tocarlo (ni crearle datos en paralelo, sería en este caso), pero en Economía defienden la decisión al sostener que las expectativas juegan un rol clave en la visión que los agentes económicos tienen sobre el mercado.
Esa palabra clave, "expectativa", explica la creación de este nuevo dato, que en círculos económicos y políticos ya empiezan a llamar "IPC Massa".