Parece que el gobierno no está tomando nota del fracaso estrepitoso que da cuenta cada una de las políticas económicas implementadas hasta aquí. Nada ha funcionado y los indicadores empeoran cada vez con mayor velocidad y contundencia.

El gobierno es preso de su propia necedad. Esta semana conoceremos el índice de inflación de marzo, el cual dará un nuevo cachetazo de realidad a todo el gobierno. Ya lo dijo Máximo Kirchner: “El índice de inflación de Marzo será muy duro”. Las consultoras privadas más conservadoras vuelven a situar al índice de precios en 5% para el tercer mes del año. De confirmarse estos números, nuevamente se estará confirmando el fracaso de las políticas oficiales en materia inflacionaria. Lo paradójico es que a pesar de esto, las medidas que vienen por delante parecen ser más de lo mismo: el ala dura del kirchnerismo reclamando más presión sobre los empresarios y el resto del gobierno sin saber bien cómo reaccionar. Todo un peligroso cóctel.

Cuando uno entiende que un problema se soluciona atacando a las consecuencias de éste y no a sus causas, probablemente lejos de solucionar el problema, lo agrave. Lo mismo ocurre con la inflación, la falta de creación de empleo y la ausente inversión. Creer que el responsable de todos los males es el que vende el producto en la góndola de un almacén, es no entender bien cuáles son las razones que nos trajeron hasta este desmadre inflacionario.

Esta semana se conocieron algunas declaraciones y medidas que no parecen entender razones. Por un lado el Banco Central de la República Argentina emitió la comunicación A7488 que les impone más trabas de las ya existentes a los importadores para comprar bienes intermedios en el exterior. El faltante de dólares el gobierno intenta solucionarlo impidiendo que se importen productos, sin entender que el 90% de la economía argentina necesita de insumos o materias primas importadas para poder funcionar, producir y crecer. Los años de crecimientos siempre tienen correlación con el ingreso de importaciones aunque parece que el gobierno no ha tomado nota de ello.

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El otro tema que ocupó la semana fue el relanzamiento de “Precios Cuidados”. Este programa existe desde el año 2014. Desde su nacimiento hasta hoy, la inflación acumulada ha sido de más del 1.200%. Parece que hoy, ocho años después de su debut, aún no logran reconocer su estrepitoso fracaso. Sin embargo sumaron a éste bonus: “Precios de cercanía”, una especie de canasta básica de productos que podrá adquirirse en los denominados “comercios de cercanía”. Resulta sorprendente que crean realmente que esto puede funcionar.

Lo más reciente en materia económica fue el entredicho entre el Secretario de Comercio Interior (Roberto Feletti, autor intelectual del fracaso del control de precios) y el Ministro de Economía Martín Guzmán. Mientras que el primero lo acusó de ser el responsable de la inflación, el segundo respondió diciendo simplemente que “la inflación es una de las prioridades del gobierno”. El nivel de debate es compatible con la absoluta miseria en la que estamos inmersos.

El camino es confuso y al igual que un enfermo el cual morirá con un diagnóstico equivocado, la economía argentina se apaga al ritmo de la negligencia y la desidia del gobierno. El declive es constante, mientras quienes dirigen el país al menos hoy están mirando para otro lado.