Los gastos con tarjeta de crédito cayeron más del 3% en septiembre mientras los préstamos para consumo bajaron casi 18%, a pesar de la fuerte inyección de pesos en la economía que comenzó a aplicar Sergio Massa en su doble rol de ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo.

La inflación, que se habría ubicado entre el 11% y el 12%, la acelerada devaluación del pesos y la suba de tasas afectaron el poder de compra, según especialistas que siguen el comportamiento de la cadena de comercio minorista.

En septiembre, los gastos con tarjeta bajaron 3,3% respecto del mes anterior y los préstamos al consumo en general se contrajeron casi un 18% con respecto a lo que se había visto doce meses atrás.

Según datos oficiales, la caída del financiamiento al consumo va en línea con la contracción del crédito a nivel general y se da pese a esfuerzos oficiales de subsidiar tasas en algunos programas.

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El stock de préstamos viene cayendo en términos reales y no da vista de recuperarse. Con el retroceso de septiembre, los préstamos representan apenas el 48% respecto del nivel observado en mayo de 2018, según consultoras.

El costo de financiamiento se viene haciendo muy oneroso para bolsillos de una clase media cada vez más golpeada por la inflación y la suba de tarifas.

En paralelo, la desaceleración económica que vienen mostrando indicadores como la actividad fabril, refleja que los niveles de consumo están en retroceso.

En el caso de las compras con tarjeta en dólares, más convenientes en medio de los últimos ajustes que se hicieron al cepo cambiario, la caída es del 10,7%, según la consultora First Capital Group.

Los niveles de consumo se ubican muy por debajo de los que había antes del inicio de la pandemia de Covid en la Argentina, donde el primer contagio se conoció en marzo de 2020.