El blanqueo de capitales dispuesto por el gobierno de Javier Milei hizo ingresar al Banco Central US$22,5 mil millones, pero al mismo tiempo disparó un cambio de paradigma en el mercado inmobiliario, ya que los campos ahora atraen inversores que tradicionalmente se volcaban a propiedades urbanas, como departamentos, locales comerciales y oficinas.

Es que la Ley 27.743 referida al blanqueo de capitales abrió una corriente de exploración del mercado de tierras agrícolas y se estima que se volcarán entre un 2% y 3% del total que se llegue a ingresar.

Por de pronto, la actividad inmobiliaria rural transmite estabilidad y seguridad, e inclusive antes del incentivo fiscal, el índice que mide la actividad del mercado inmobiliario rural en el país (inCAIR) había marcado en junio pasado el valor más alto desde septiembre de 2013.

Si bien no refiere a ventas ni a operaciones concretadas, sí evidencia el nivel de actividad, consultas y propiedades ofrecidas a la venta que se está dando en el sector agropecuario.

Lo confirmó Federico Nordheimer, CEO de la inmobiliaria rural homónima, al señalar que: “Este blanqueo ha impulsado un notable aumento en las consultas por propiedades rurales, evidenciando un creciente interés de los inversores”.

Asimismo apuntó que “si bien los montos blanqueados son menores en comparación con blanqueos anteriores, las propiedades en el campo están ganando más terreno entre quienes buscan opciones de inversión. Una de las principales causas de esto es que la pandemia evidenció que, mientras otros sectores atravesaban crisis, el campo mantuvo su rendimiento constante”.

“Estos nuevos inversores son principalmente personas y grupos que antes no contemplaban al sector rural en sus portafolios. En su mayoría, se trata de propietarios de activos reales que buscan diversificar su capital. Muchos de ellos han tenido éxito en el sector inmobiliario urbano, pero ahora ven en el campo una oportunidad estratégica para equilibrar sus carteras”, declaró el CEO de Nordheimer Campos y Estancias.

Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural

La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) publica una vez más el Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (InCAIR).

Este índice refleja la actividad del mercado inmobiliario rural en todo el país.

La base del InCAIR es de 97,5 puntos, que corresponde en forma histórica a su pico máximo registrado en septiembre de 2011.

La actual característica es una ausencia de oferta de campos agrícolas en zona núcleo y esto consolida una mayor demanda en zonas más alejadas.

“Los contratos de arrendamientos agrícolas se cerraron con valores similares al año pasado y con algunos incrementos puntuales y una demanda insatisfecha”, informó CAIR.

Valores atrasados

La razón detrás del interés en invertir en campos no es un misterio, dado que su valor en la Argentina está completamente desarbitrada respecto de los vigentes en países limítrofes.

Por ejemplo: los precios abonados por campos en las zonas más productivas de Uruguay prácticamente duplican a los valores de referencia presentes en zonas lindantes y agroambientalmente equivalentes de la provincia de Entre Ríos.

Una de las principales ventajas de invertir en el campo, en comparación con otro tipo de propiedades, es su mayor estabilidad frente a las fluctuaciones del mercado. 

Mientras que otros bienes raíces pueden verse afectados por factores como la sobreoferta o cambios en la demanda, las tierras agrícolas mantienen una demanda constante debido a su capacidad productiva. 

Además, el campo no solo ofrece la posibilidad de generar ingresos a través de la explotación agrícola, sino que también puede ser revalorizado a largo plazo.

"En cuanto a las zonas de inversión, los nuevos inversores están enfocándose principalmente en campos agrícolas ubicados en la Pampa Húmeda, una región conocida por su alta productividad.

Esta área incluye el norte de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el este de Córdoba y el noreste de La Pampa", agregaron desde Nordheimer Campos y estancias..

Asimismo, "los inversores buscan campos que van de las 100 a las 500 hectáreas que les permitan entrar en el sector agrícola con montos relativamente accesibles y un potencial de rendimiento asegurado por las características excepcionales de la zona”, completan.

Tendencia en crecimiento

A futuro, se espera que la tendencia de inversión en el campo continúe en crecimiento, especialmente en un contexto de mayor estabilidad económica y apertura a nuevas formas de inversión.

El campo seguirá consolidándose como una opción atractiva para diversificar carteras, con oportunidades que van más allá de la mera tenencia de tierras, como la producción de energías renovables o el agroturismo.

El interés en el sector agrícola lo manifiestan inversores tanto locales como internacionales.

En cuanto a la inversión urbana por el blanqueo, apunta a proyectos en pozo, que deben tener hasta un 50% y tienen que estar registrados en la AFIP, invertir.

En el caso del blanqueo menor a US$100.000 en obra nueva, la única diferencia es que no hay obligación de mantener la inversión hasta el fin de 2025.

Así es como los inversores, tradicionalmente enfocados en otro tipo de propiedades, redireccionaron su mirada hacia el campo, en busca de una nueva oportunidad de inversión.

La CEDU (Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos) facilitó la búsqueda de proyectos aptos para el blanqueo mediante su página web: www.cedu.com.ar/blanqueo.

Allí, los interesados hallan información sobre los proyectos inmobiliarios inscriptos en la AFIP, los plazos, alícuotas y los requisitos para acceder al beneficio.

Ya fueron presentados los 22 primeros proyectos aptos para blanqueo que fueron publicados por la CEDU.