El Banco Central apuesta a reducir la pérdida de reservas y le prende velas al trigo
Para economistas, la tensión cambiaria se mantendrá en las próximas semanas y lo único que la hará ceder será un acuerdo con el FMI.
El Banco Central arrancará este martes una nueva pulseada con los mercados por la cotización del dólar, y apuesta a reducir el ritmo de pérdida de divisas, mientras espera que en diciembre empiece a entrar la liquidación por la cosecha de trigo.
Para economistas, la tensión cambiaria se mantendrá en las próximas semanas, y lo único que la hará ceder será un acuerdo con el FMI. En lo que va de noviembre, el Central debió vender USD 750 millones con sus intervenciones en el mercado, pero se espera que el ritmo diario de ventas siga cediendo como consecuencia de su decisión de no intervenir en la cotización de dólares financieros como el contado con liquidación.
Las proyecciones más optimistas sostienen que en diciembre el campo podría liquidar más de USD 2.000 millones de la cosecha fina de trigo. Es casi la misma suma que necesitará el Tesoro para hacer frente a un nuevo vencimiento con el FMI, que ronda los USD 1.900 millones.
Los analistas estiman que las reservas seguirán en caída y que la brecha cambiaria continuará en niveles superiores al 100%. A esto se suma que diciembre será el mes de mayor déficit fiscal, lo que volverá a presionar sobre la emisión monetaria. Se estima que el stock de divisas disponible del Banco Central se reducirá a la zona de los USD 3.000 millones tras el pago al FMI.
Desde las PASO, el BCRA debió vender unos USD 1.000 millones para contener la cotización de la moneda norteamericana. El ministro de Economía, Martín Guzmán, espera que la cotización mayorista del dólar no supere los $103 al terminar el año.
Así, le queda un margen de apenas el 1,5% de suba para cumplirla, lo que parece complicado en este escenario de fuerte presión dolarizadora por parte de los agentes económicos. El Gobierno necesita mantener contenida la cotización del dólar en lo que resta del año para frenar una inercia inflacionaria que mantiene una expectativa por encima del 50% para cuando concluya el año.
La suba en el precio de la carne, que se trasladaría a los mostradores esta semana, enciende un alerta sobre esa expectativa, ya que es un producto que incide sobre la canasta de consumo.