La superficie sembrada de soja para la campaña 2021/22 se ubicaría en 16,5 millones de hectáreas, el nivel más bajo de los últimos quince años, de acuerdo con el relevamiento de precampaña de la Bolsa de Cereales.

La entidad consideró entre los principales factores que incidirán en esa merma el aumento del área destinada a otros cultivos, como el trigo, el maíz, el girasol y el sorgo granífero, así como una “pérdida de competitividad en relación con otras alternativas”.

Asimismo, señaló las “perspectivas climáticas que prevén falta de humedad durante la ventana de siembra”, con “una época estival con lluvias por debajo a los promedios históricos”.

La proyección de 16,5 millones de hectáreas muestra una contracción interanual del 2,4% respecto de los 16,9 millones del área estimada para la campaña 2020/21 y una reducción del 4,5% en relación con la superficie promedio de los últimos 5 años, de 17.280.000 hectáreas.

 Para encontrar un nivel menor hay que remontarse a la campaña 2006/7, con 16,1 millones de hectáreas.

El área sembrada de soja caería a 16,5 millones de hectáreas, la menor en quince años

“Teniendo en cuenta lo mencionado, la proyección de producción para la campaña 2021/22 ascendería a 44.000.000 toneladas, registrando un incremento interanual del 2,1 %, equivalente a 900 mil toneladas”.

Se trataría entonces de “la tercera más baja de los últimos diez años, por encima de la campaña 17/18 (Producción 2017/18:35,5 MTn) y la 11/12 (Producción 2011/12:39,9 MTn)”, indicó la entidad presidida por José Martins.

La Bolsa de Cereales advirtió que la campaña tendrá lugar en un escenario más desventajoso que el de la campaña anterior, con un mercado internacional sojero “con un balance de oferta y demanda mundial ajustado, vulnerable a posibles complicaciones por el lado de la producción”.

“A nivel mundial, nos encontramos con relaciones stock/consumo de las más bajas de los 6 últimos años e, incluso, si descontamos los stocks de China la situación es todavía más ajustada”, con el mínimo desde 1997, indicó.

Asimismo, los precios internacionales reflejan esta situación tirante y reaccionan frente a posibles cambios en la producción transmitiendo una elevada variabilidad.

Al respecto, se indicó que “pasamos de los mínimos en mayo del año pasado a máximos en mayo del corriente” y “a partir de ese pico, los precios entraron en una tendencia bajista, que rompió con la barrera de los 500 dólares por tonelada”.

En esa baja, incidieron las mejoras climáticas en Estados Unidos, que potenciarán los rindes de los cultivos tardíos, la incertidumbre en torno a los mandatos de corte con biocombustibles, las complicaciones logísticas en la infraestructura exportadora de la zona del Golfo de México, tras el paso del huracán y el ingreso de la nueva cosecha del hemisferio norte.

“No obstante, si se quita el foco de la caída del último tiempo y se ponen en contexto estos precios internacionales, puede concluirse que nos encontramos con precios en niveles históricamente altos”, señaló la Bolsa.

En promedio durante septiembre del 2021, el precio de la soja fue de 470 US$/tn y si se cuentan todos los días desde 1990 hasta la actualidad, “solamente en el 14% de ellos el precio se ubicó por encima de estos valores”, destacó.