La venta de autos comenzó a frenarse como consecuencia de la fuerte suba del dólar, ya que no están claros los precios de venta de los vehículos nuevos y usados, advirtieron concesionarias.

En algunos casos los vendedores toman una seña, a cuenta de un precio que se definirá contra entrega, lo cual puede demorar varios meses.

"El que tiene stock de unidades trata de conservarlo. Y el que tiene dólares en la mano tampoco los suelta", explicó Alejandro Lamas, titular de la Cámara de Comercio Automotor, entidad que agrupa a concesionarias y también a muchas agencias de reventa de usados.

Lamas dijo que, de todos modos, sigue habiendo ventas en algunas agencias que tienen que facturar para pagar costos. Pero explicó que se trata de operaciones que se hacen sin un precio cierto.

"Sin oferta, comprás y vendés sin tener referencia. De modo que vemos diferencias de precio de 2.500 dólares en un mismo modelo mediano, o de casi 15.000 dólares entre lo que piden dos dueños de un Audi 2013", ejemplificó.

Ricardo Mastrángelo, vendedor de autos usados de alta gama, dijo que el vendedor particular "tiene miedo, entonces no vende".  "Las agencias no quieren vender nada, quieren ver qué pasa. Hay mucha incertidumbre", señaló. 

El sector automotriz ya venía sufriendo una fuerte restricción por parte de la Secretaría de Industria a autorizar importaciones de vehículos. Y las fábricas locales no alcanzaban a producir lo suficiente como para exportar y a la vez responder a la demanda interna. Las terminales habían comenzado a producir con una expectativa de superar las 500.000 unidades este año (en 2021 habían ensamblado 450.000).

La preocupación de las concesionarias sigue siendo el costo de reposición. "No sabemos si con el dinero que recibimos hoy por la venta de una unidad, nos alcanzará para reponerla", dijeron en una concesionaria de camionetas.

En el caso de otra concesionaria dijeron que se están firmando contratos pero establecen que el precio, en pesos, será determinado al momento de la entrega. Y se pactan plazos de entrega de 90 días como mínimo.

Otro fenómeno que se nota desde que arrancó julio es que han desaparecido los compradores con dólares en la mano que van a las concesionarias. Todo el mundo prefiere esperar a que se estabilice la cotización de la divisa estadounidense.