El Gobierno tiene un "plan electoral pero no uno económico que genere confianza", advirtió la analista de mercado María Castiglioni, y vaticinó la probabilidad de una devaluación tras los comicios de medio término.

"Es probable que ello ocurra, lo que no sabemos es si va a ser ordenada o desordenada. Es decir, si la realiza el gobierno gradualmente o la impone el mercado", advirtió.

Castiglioni, directora de la consultora C&T Asesores Económicos, opinó que el gobierno está "tratando de llegar a las elecciones. y es posible que lo logre, con una desaceleración inflacionaria y cierta recuperación, pero hay que preguntarse a qué costo".

"Es probable que la inflación se desacelere a entre 2% y 3%, pero eso sigue siendo un piso muy alto; que los salarios le ganen a la inflación está por verse", sostuvo.

En declaraciones a la agencia NA, advirtió que el gobierno para llegar a las elecciones "viene postergando el aumento de tarifas, frena la inflación con los controles de precios y los de los servicios regulados, además de pisar el tipo de cambio, para desacelerar la depreciación del peso".

Opinó, además, que el Banco Central está "tratando de ganar reservas para contener una devaluación".

"Vamos a llegar a las elecciones con una inflación reprimida y un atraso en el tipo de cambio considerable que ya esta generando problemas en el comercio exterior, porque erosiona lentamente la competitividad de las empresas", dijo.

Enfatizó que "en realidad lo que hay es una estrategia para llegar a las elecciones, pero no hay un plan económico que ayude a un cambio en las expectativas".

Castiglioni consideró que "lo peor de la pandemia ya pasó y tiene que haber un plan que dé certidumbre, y no estar cambiando reglas todo el tiempo".

"Se necesitan medidas que ayuden a recuperar la inversión y no estamos en el camino correcto si creamos nuevos impuestos", señaló.

Dijo que "la emisión monetaria, que bajó en los primeros meses, ya está acelerándose fuertemente y traerá más inflación, por más que ese efecto no sea instantáneo".

Consideró que el acuerdo con el FMI "no va a ser fácil" pero destacó que por ahora "el gobierno logró ganar tiempo para la negociación hasta marzo, con el pago de deuda, utilizando los mismos DEG que envió el organismo".

Consideró que un acuerdo de facilidades extendidas como quiere el FMI "requiere la presentación de un plan económico, comprometerse a reformas estructurales y esa es la dificultad más grande. Por lo tanto, no está tan claro un acuerdo, no digo que vaya a haber una ruptura, pero por ahora conseguimos alargar los plazos".

"No creo que un simple acuerdo encarrile la economía, sino que lo esencial es el plan que se va a presentar y que este genere confianza en los actores económicos", señaló.