Por Antonio D'Eramo

Súper martes para la administración de los Fernández, porque se reúne la Corte y seguirá marcando agenda en temas de la justicia ( anotaciones para otros apuntes), y porque arriba a Buenos Aires la misión del FMI que, para bien o para mal, despejará dudas acerca del futuro de la economía nacional para el 2021 y más allá también.

Parte de la comitiva que llegará desde Washington viene de supervisar el refinanciamiento de deuda de Angola e intentará alcanzar un acuerdo para reperfilar la deuda de 44.000 millones de dólares que tiene el país con el FMI. La delegación de economistas será encabezada por Julie Kosack (subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental) y Luis Cubeddu (Jefe de la misión para la Argentina). Desde el organismo, muy formales, sostienen que sus funcionarios llegan autorizados para "iniciar negociaciones formales con las autoridades sobre un nuevo programa para apoyar el plan económico del Gobierno ". Posiblemente, un plan de facilidades extendidas que le permita a la Argentina robustecer su endeble posición cambiaria, en medio de alzas y bajas de la divisa estadounidense, y corregir hacia el futuro los vencimientos de la deuda.

Dichos objetivos llegarán con condicionantes. Y, aquí es donde veremos la capacidad negociadora de Martín Guzmán (Ministro de Economía); Sergio Chodos (representante ante el FMI) Y Miguel Ángel Pesce (Presidente del Banco Central).

Porque, en definitiva, las discusiones llevarán al corazón de la cuestión que es el tipo de cambio. Voceros bien informados prevén que los acreedores pedirán una corrección de entre un 10% y un 15 %. Una devaluación de la moneda nacional de esa magnitud provoca pánico por las consecuencias sociales que se reflejarían, de inmediato, en el alza del costo de vida en medio de una profunda recesión y de una economía desangelada por la pandemia de coronavirus. Devaluar el peso de esa manera no es una opción para la administración de Alberto Fernández y Martín Guzmán suele explicar que "no es necesaria esa corrección cambiaria porque con la actual cotización del dólar no hay ningún sector que esté perdiendo dinero". Para evitar ese remedio amargo es que "se está trabajando en cerrar la brecha con instrumentos financieros y lograr cierta estabilidad lo más duradera posible", dicen sus voceros. Una táctica que le permita durar, estirar, esta coyuntura hasta los meses de marzo-abril de 2021, cuando comenzarán a ingresar los dólares del agro. La cosecha salvadora en el año electoral.

El otro punto conflictivo es la unificación de los tipos de cambio. El pedido del FMI es por una única cotización para todos los sectores de la economía y no como existe ahora una gran variedad a la carta con diferentes cotizaciones de la divisa.

La respuesta vino desde Cancillería en el congreso anual de Coninagro. Su titular, Carlos Iannizzotto, reclamó medidas para reducir la brecha que reporta el dólar oficial con el resto de los valores de la moneda norteamericana. "La brecha cambiaria hace estragos, debido a la especulación, a que no sabemos dónde estamos parados y se hacen mil conjeturas de cuándo y porqué razones se liquida o no. Para tranquilidad del mercado, necesitamos un dólar competitivo y un solo sistema cambiario" planteó el integrante de la mesa de enlace agropecuaria. La misma crítica que se escucha en otros sectores del comercio exterior donde se señala la dificultad de "tener un tipo de cambio para exportar, para comprar insumos, otro para ahorrar, un descalabro". Críticas que fueron anotadas por la misión del FMI en su última visita al país donde se reunieron con empresarios, políticos y dirigentes sociales.

El secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Jorge Neme les dijo: "queremos ir hacia un mercado único de cambios pero este no es el momento por los desbalances que presentaría el sector externo de la economía. Todos queremos tener un cambio único y competitivo pero el Gobierno no puede hacerlo porque llegamos con 150.000 millones de deuda y con 20.000 empresas cerradas", se excusó con un argumento similar que sonará en los oídos de los funcionarios del FMI.

MONEDA DE CAMBIO

Pero no serán todas negativas a las propuestas de los economistas del organismo de crédito, el Presidente Fernández ya aprobó la necesidad de producir un ajuste en el gasto público para el próximo año, que será demostrado en las próximas horas, con el anuncio de la reducción de la ayuda estatal plasmado en el IFE (Ingreso familiar de emergencia) en el mes de diciembre hasta su extinción durante el primer trimestre del 2021. En Casa Rosada aseguran que el "IFE es un bono, una ayuda por la pandemia y con el avance del descubrimiento de las vacunas y con el distanciamiento decretado que permite que la gente vuelva a trabajar en la mayoría de los sectores, debe desaparecer".

Será una de las propuestas que enseñarán, en el Palacio de Hacienda, el equipo económico para presentar una mayor reducción del gasto público de la que fue formalizada en el Presupuesto 2021. La ley que regirá las variables económicas del país para el próximo ejercicio afirma que el déficit será de 4,5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) y Guzmán prometerá llevar ese déficit a cerca de 3 puntos, sobrecumpliendo las metas elaboradas por el mismo. Hay que anotar que para el presente año el déficit fiscal cerrará entre 10 y 11 puntos del PBI.

Pero cumplir esa meta en el 2021, año electoral, supondrá un ajuste enorme. Algunos funcionarios del equipo de Guzmán son optimistas y piensan en un aumento de la recaudación por la recuperación de la economía post pandemia para bajar el gasto; y también anota que habrá correcciones al alza en las tarifas de servicios públicos que serán descongeladas. Pero el ala política del gobierno sabe que, obtener un buen resultado en las elecciones del año venidero, puede ser una misión imposible con ajustes y subas de tarifas, por ello, se sube al diálogo propuesto en la carta de la Vicepresidente Cristina Fernández y buscarán que el acuerdo que se alcance con las autoridades del FMI sea ratificado en el Congreso.

Una medida que sería inédita en la extensa historia nacional de acuerdos con el organismo de crédito multilateral. De hecho, Martín Guzmán, enviará un proyecto de ley para que los acuerdos con organismos de créditos internacionales sean ratificados por el Parlamente de ahora en adelante. "El endeudamiento en moneda extranjera, bajo ley extranjera, y con prórroga de jurisdicción, requerirá autorización del Congreso de la Nación", se lee en la propuesta legislativa.

La propuesta impactará en la interna de la oposición donde cada día que pasa queda más definida el ala política, más dialoguista con el gobierno y, aquellos más duros, que desconfían de un diálogo convocado, en principio, por una figura del Frente de Todos que nunca creyó en esos convites negociadores.