Después de las nuevas restricciones cambiarias, las reservas cayeron ocho veces más que antes
En los primeros nueve días hábiles, cayeron US$ 770 millones, contra US$ 92 millones de los nueve días anteriores.
El propósito oficial de reducir la caída de las reservas con las restricciones cambiarias impuestas a partir del 16 de septiembre no dio los resultados esperados en las dos primeras semanas de su implementación, al punto que en nueve jornadas hábiles sufrieron una merma de US$ 770 millones, 8,4 veces más que en las nueve ruedas previas.
El repaso de la evolución diaria de las reservas internacional realizado por el Banco Central muestra una aceleración de la caída, a pesar de que desde entonces se redujo significativamente tanto la cantidad de personas que pudo comprar dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) como el volumen de moneda extranjera adquirida.
Si se comparan dos períodos equivalentes, en los nueve días hábiles anteriores al 16 de septiembre (cuando comenzó a aplicarse la retención del 35% a cuenta del impuesto a las Ganancias en la compra de moneda extranjera) se había acumulado una pérdida de US$ 92 millones, un 11,9% de los US$ 770 millones que cayeron las reservas internacionales a partir de entonces o, si se prefiere, se pasó de un promedio diario de US$ 10,2 millones a US$ 85,5 millones.
Las reservas internacionales están en el nivel más bajo de los últimos 44 meses y hay que remontarse al 25 de enero de 2017 para encontrar un monto inferior al actual.
La tendencia descendente comenzó a hacerse evidente el 12 de agosto de 2019, el lunes posterior a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en un contexto de desconfianza tanto por la evolución de la economía -que ya venía en caída desde el segundo trimestre de 2018- como por la posible adopción de medidas de restricción cambiaria, que en definitiva no demoraron en aplicarse.
Tanto es así que a partir de septiembre del año pasado se fijó un tope de US$ 10.000 mensuales de compras mensuales por persona, que desde el 28 de octubre (después de las elecciones generales que consagraron presidente a Alberto Fernández) se redujo a US$ 200.
Desde el inicio de 2020, a ese tope se le agregó el recargo de un 30% generado con el nuevo impuesto Por una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) con la intención de desalentar la adquisición de moneda extranjera.
Sin embargo, la realidad mostró un desempeño de la población absolutamente opuesto, al punto que en agosto, según el propio Banco Central, hubo 4 millones de personas que accedieron a la compra de dólares u otras monedas, con una frecuencia de 11,1 personas por segundo, si se tiene en cuenta que las operaciones de cambio de moneda sólo pueden realizarse los días hábiles de 10 a 15.
Asimismo, las versiones que desde mediados del mes pasado comenzaron a circular sobre un endurecimiento de las restricciones cambiarias indujeron a varios ahorristas en dólares a retirar sus depósitos, que si bien son de su propiedad se los computa como un componente de las reservas internacionales.
El 15 de septiembre, luego de finalizado el horario de operaciones del mercado financiero y bursátil, el Banco Central, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) coordinaron el nuevo esquema cambiario, que profundiza las restricciones.
Desde entonces, además de un recargo adicional de 35% a cuenta de Ganancias, se pasó a computar dentro del tope de US$ 200 mensuales por persona las compras en moneda extranjera realizadas con tarjetas de crédito y débito, en tanto se vedó el acceso a beneficiarios de planes sociales, clientes que hayan adherido a la refinanciación de saldos, empleados de empresas que hayan accedido a la ATP y otros casos.
A pesar de la considerable reducción de potenciales compradores, la intensidad de la caída de reservas se profundizó en las primeras dos semanas.