Sólo el actual dueño, Carlos Rosales, podría conocer si existe un plan B a la oferta de adquisición de la firma Garbarino de parte del tucumano Facundo Prado. Este empresario es el propietario de la tarjeta de crédito Centrocard y del grupo de telecomunicaciones Supercanal Arlink, con presencia en 14 provincias; en tanto Rosales, protesorero de San Lorenzo, dueño de la aseguradora Prof y amigo del actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, que en sus tiempos de empresario fue un referente del sector de venta de electrodomésticos.

La empresa cada día se acerca más al concurso preventivo de acreedores, figura jurídica regulada por el derecho concursal que tiene lugar cuando una  persona física o jurídica, como en este caso, deviene en una situación de insolvencia en la cual no puede hacer frente a la totalidad de los pagos que  adeuda.

Sus voceros han expresado que están negociando con grupos financieros de origen estadounidense para que se conviertan en inversionistas.

Mientras tanto, las deudas con los proveedores crecen día tras día y, en muchos casos, no remiten más mercadería. Los cheques rechazados se siguen acumulando y denunciando en la página web del Banco Central.

A este panorama se suma la caída en las ventas por la extensa recesión que vive la Argentina y desde luego que repercutió en el incremento de las deudas y resintió una vez más la cadena de pagos

En los registros del Banco Central, a la fecha, acumula 3.251 cheques rechazados por un monto de 4061 millones de pesos.

Entre los principales acreedores se encuentran las firmas financieras, Frincredit ( $186 millones); Finares ($148 millones) ; el Banco Nación  ($ 83 millones); el HSBC ($54 millones) y American Express ($13 millones).

Esta crisis no afecta sólo a la empresa tradicional , sino que también se extiende a otras firmas del grupo, como Compumundo; Garbarino Viajes y la ensambladora de celulares en Tierra del Fuego que, a la fecha, permanece tomada por los operarios y, por lo tanto, se encuentra sin producir desde hace 45 días.

El Grupo Garbarino, integrado por la cadena de electrodomésticos e informática (Compumundo), las fábricas del sur y sus negocios financieros y de viajes, suma un total de 3.800 trabajadores.

Están desesperados

NA estuvo presente en las manifestaciones realizadas durante el lunes 5, donde las voces de los protagonistas son elocuentes de la situación de angustia por la falta de ingresos que tienen. 

Denunciaron que no cobran desde mayo y se deben tres meses de sueldo más el aguinaldo. Ni hablar de los bonos de fin de año y los pagos de aportes sindicales y de obras sociales que no se producen.

Las manifestaciones comenzaron en el Obelisco y se trasladaron hacia la Plaza de Mayo para que los integrantes del  Poder Ejecutivo conozcan lo que sucede con estas empresas.

Los trabajadores auto convocados ya prometieron que marcharan el próximo lunes 12 de julio hacia la sede de la empresa, en Juncal 1126, y piden que cada trabajador suba su reclamo al #garbarinononospaga 

Movilizaciones 

La movilizaciones son acompañadas por gremios auspiciados por partidos de izquierda como Ademys que ha decidido apoyar el reclamo de los trabajadores, mientras que el sindicato de referencia, Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) que conduce Armando Cavalieri, parece haber reaccionado en los últimos días, y el jueves 1 de julio generó un expediente en el Ministerio de Trabajo, en el que anotan: “habiendo tomado conocimiento de que la firma Garbarino SAIC ha procedido a cerrar la totalidad de sus sucursales en todo el país, es que venimos a solicitar de forma urgente se fije una audiencia con la empresa mencionada, con el fin de que se aclare la situación por la que está atravesando dicha firma”.

La medida de cierre de las sucursales tuvo un efecto de profundo desencanto en el sindicato y entre los trabajadores que comenzaron a hablar de un lock out patronal.  Se trata en los hechos de un lock out en materia laboral que se produce cuando se cierra de manera temporal una empresa.

Es un derecho del empleador impedir temporalmente el acceso a todos los trabajadores a la empresa, predio o establecimiento cuando comienza una huelga por tiempo indeterminado.

Si bien el Ministerio de Trabajo aún no ha resuelto nada en esta crisis, este cese patronal de hecho está poniendo, en blanco sobre negro el conflicto colectivo de trabajo que esta atravesando Garbarino.

La decisión de Carlos Rosales y del CEO Carlos García de bajar las persianas de los locales se tomó ante el temor de  posibles saqueos que podrían producir los propios trabajadores de la empresa, en el sentido de que se llevarían mercadería como parte de pago de los salarios adeudados.

Fueron pocos los gerentes de los locales que se animaron a abrir los salones en este contexto. Algunos de ellos denunciaron, de manera informal, que los trabajadores duermen en los locales de Lanús y Avellaneda.

En Plaza de Mayo, los manifestantes expresaron a NA "el Gobierno Nacional, emitió un DNU que prohibió los despidos masivos en pandemia, despidos sin causa, suspensiones por disminución de trabajo y de fuerza mayor y, ante eso, el Grupo Garbarino hace caso omiso porque desde que la pandemia comenzó, no hizo más que cerrar sucursales a nivel nacional. Ya va por más de 30 sucursales cerradas, lo que llevó a despidos de muchos compañeros, porque si bien no somos una actividad esencial, los locales podrían abrir dentro del horario permitido. Y si esto está pasando, es porque no está la intervención del organismo encargado de que esto no suceda, como lo es el Ministerio de Trabajo Nacional, que está bajo la presidencia del Sr. Alberto Fernández".