Cristina Kirchner analizó con la agroindustria los desafíos del comercio internacional de alimentos
El Consejo le presentó su plan para aumentar las exportaciones y generar 210.000 puestos de trabajo directos
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner analizó hoy por la conducción del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) las posibilidades del país por mejorar y consolidar su posición en el comercio internacional de alimentos, en el primer encuentro presencial que la entidad tiene con un dirigente político.
La presidenta del Senado recibió a José Carlos Martins, Presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y coordinador del Consejo, Roberto Domenech, presidente de la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) y a Gustavo Idígoras, titular de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA).
El Consejo se lanzó el 17 de julio y nuclea a 42 entidades relacionadas al campo y a la producción de alimentos entre las que se encuentran CONINAGRO, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), las bolsas de cereales de Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Entre Ríos, Chaco, Rosario y Santa Fe, entre otras.
Luego del lanzamiento de su propuesta “Estrategia de Reactivación Agroindustrial Exportadora Inclusiva, Sustentable y Federal. Plan 2020-2030”, el CAA la puso a consideración en diferentes encuentros virtuales con los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Chaco, Jorge Capitanich, así como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El encuentro con la vicepresidenta es el primero que el CAA realiza de manera presencial y cobra especial importancia si se tiene en cuenta el distanciamiento que existe entre el sector rural y agroindustrial con Cristina Kirchner, desde los tiempos de su primera gestión presidencial a raíz de la resolución 125 del Ministerio de Economía.
Desde el Consejo destacaron que la vicepresidenta “los alentó a seguir trabajando y fortalecerse como un espacio de construcción” y que “se puso a disposición para mantener futuros encuentros a los efectos de avanzar en un proyecto de ley nacional de reactivación agroindustrial exportadora, federal e inclusiva”.
Entre los postulados del Consejo figura el de “consolidar a la Argentina como líder en el comercio internacional de alimentos de origen animal y vegetal, alimentación animal y exportador de tecnologías del ecosistema agro alimenticio como biotecnologías, edición génica, tecnologías de la información, maquinarias, insumos, servicios profesionales y técnicos”.
Al respecto, la entidad asegura que entre 2020 y 2030 se pueden generar 210.000 empleos directos en el interior del país y 700 mil en el total de la economía, sin descuidar el entorno ambiental, y lograr U$S 100 mil millones anuales de exportación (un 52% más que los U$S 65 mil millones que se exportan hoy), sin requerir subsidios del Estado.
Martins expresó que se busca definir una política activa de corto plazo con herramientas de políticas institucionales, con fuerte impronta hacia las relaciones internacionales, impositivas, financieras y técnicas con efectos fiscales neutros.
Además señaló que se apunta a detener el flujo migratorio del interior hacia las grandes urbes y el conurbano.
Por su parte, Domenech resaltó que este año habrá un nuevo record de producción de pollos y que “hay que trabajar ahora para tratar de visualizar cuáles serán los cambios que se avecinan”, ya que “demandarán inversiones y rápidos reflejos para responder a las demandas de todos los que nos rodean y nos observan”.
Idígoras alertó que Europa ya lanzó el Pacto Verde (Green Deal) que planea descarbonizar su economía e imponer certificaciones ambientales obligatorias y posibles impuestos de importación al carbono que emitan los alimentos que ingresen a la UE desde terceros países.
Eso se puede traducir en “barreras de exportaciones agroalimentarias, por lo que nuestro país debe planificar como sectores productivos y exportadores una estrategia de descarbonización de nuestra agricultura”, indicó.
En ese sentido, señaló que se debe “promover la siembra directa masiva que reduce sensiblemente emisiones, consumo de combustibles fósiles y evaporación del agua, mostrar que protegemos el “Gran Chaco” (segundo bioma de América Latina) e impulsar las certificaciones de carbono neutro de todos los productos alimenticios exportables”.