Compras en el exterior: crece el furor de los argentinos por el “súper peso”
El fenómeno por parte de aquellos que viajan es aún de escala limitada, pero existe la posibilidad de que se expanda si las condiciones actuales se mantienen.
En los últimos meses, se observó un cambio de tendencia, donde ahora son los argentinos quienes cuentan con capacidad económica para realizar compras en el exterior.
Este fenómeno se debe a que el país se ha vuelto costoso en términos de dólares, con una rápida escalada de la inflación en moneda extranjera.
Este aumento de precios ha llevado a que los residentes locales crucen fronteras en busca de mejores precios, ya sea en países vecinos como Chile o Paraguay, o incluso en destinos más lejanos como Europa o Estados Unidos.
A pesar de este cambio, los economistas coinciden en que este comportamiento aún es limitado en alcance.
Durante el reciente feriado de Semana Santa, alrededor de 40.000 argentinos viajaron a Chile, donde adquirieron una variedad de productos que incluían desde alimentos enlatados hasta tecnología y ropa. Aquellos que viajan en avión suelen optar principalmente por indumentaria, aprovechando que los precios son aproximadamente un cuarto de lo que se paga en el país.
Según Jorge Vasconcelos del Ieral de la Fundación Mediterránea en declaraciones a LA NACIÓN, Argentina ha pasado de ser la "provincia 25" a la "provincia 23", refiriéndose al cambio en la dinámica económica de las provincias fronterizas.
Vasconcelos explica que las compras en el exterior se deben a una demanda reprimida y a la reducción de la brecha cambiaria, aunque por ahora este fenómeno está limitado al grupo de consumidores que pueden viajar.
Por su parte, Damián Di Pace, de la consultora Focus Market, destaca que en solo dos meses la situación ha cambiado drásticamente, con inflación en dólares, euros y otras monedas, junto con una brecha cambiaria que ha incentivado el pago en efectivo para obtener descuentos significativos. Aunque actualmente este comportamiento sigue siendo limitado, podría expandirse si la situación persiste en el tiempo.
Sin embargo, advierte que solo una desaceleración de la inflación podría mitigar esta tendencia, ya que de lo contrario se podría seguir perdiendo competitividad en el mercado internacional.