La AFIP amplió la denuncia penal contra la cerealera exportadora Vicentin por maniobras fraudulentas con facturas apócrifas por una suma que supera los 28 millones de pesos.

La presentación realizada ante la Justicia Federal de Reconquista consiste en la ampliación de la primera denuncia realizada en agosto del año pasado contra la firma.

Según indicaron fuentes del organismo recaudador, la maniobra que se le imputa a la compañía consistía en "utilizar, registrar y presentar facturas apócrifas para solicitar reintegros de IVA por más de $111 millones".

De esta forma, entre ambas presentaciones, la AFIP imputó a Vicentin la realización de maniobras fraudulentas por 140 millones de pesos.

La ampliación de la denuncia está motivada en tareas de control llevadas a cabo por el organismo donde se detectaron nuevas operaciones de exportación en los períodos 2016 y 2017 por las que la firma solicitó reintegros de IVA que se encontraban respaldadas con documentación apócrifa.

"A partir de las tareas de fiscalización se comprobó que los emisores de los documentos apócrifos que dieron base a las solicitudes de reintegros carecían de capacidad económica y/u operativa para realizar las operaciones, no poseían plantas de acopio, ni podían justificar el origen de los granos", agregaron.

Según se informó, durante el proceso de fiscalización desarrollado por la AFIP la firma no aportó elementos que permitieran acreditar la legitimidad del derecho a obtener los reintegros percibidos.

La compañía enfrenta un concurso de acreedores que tramita en el Juzgado Civil y Comercial de Reconquista, a cargo de Fabián Lorenzini.

Esta semana, el Comité Provisorio de Control del concurso preventivo de la agroexportadora, conformado por los principales acreedores, evaluó como "superficial, sesgado y carente de rigor técnico" el informe general presentado por la sindicatura.

De este modo, el Comité presentó una impugnación ante el juez Lorenzini respecto del informe general presentado el 15 de marzo por la sindicatura por considerar que reitera el planteo de la compañía.

La firma ingresó en concurso en marzo del año pasado por un pasivo cercano a los 1.500 millones de dólares, uno de los defaults más grandes de la historia entre empresas privadas.