El Gobierno argentino buscó instalar en la cumbre climática de Glasgow una propuesta por la cual pretende obtener un perdón sobre parte de la voluminosa deuda con el FMI, a cambio de generar proyectos ambientales que reduzcan las emisiones de carbono a nivel global.

El plan "deuda por medioambiente", que todavía se encuentra en una etapa muy preliminar, apelaría a los "bonos verdes" que podrían servirle al país para reducir la presión de los organismos multilaterales.

Una de las dificultades que plantea la propuesta es que, por ahora, es muy difícil monetizar el beneficio medioambiental provocado por las políticas de un país, explicaron analistas consultados por la agencia NA.

El presidente Alberto Fernández no profundizó sobre cómo funcionaría esa propuesta, pero sí la mencionó al exponer en la Cumbre de Líderes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).

Ya existen algunos sistemas de financiamiento de proyectos de mitigación del cambio climático, experiencias sobre las que la Argentina podría profundizar, aunque es difícil determinar en qué plazos.

Al hablar en la Cumbre, Fernández propuso crear "fuentes de financiamiento innovadoras, mecanismos de pagos por servicios ecosistémicos y canje de deuda por acción climática".

El mandatario argentino también buscó instalar el concepto de "deuda ambiental", y propuso crear un comité sobre financiamiento que tenga en cuenta las deudas de los países.

En esa propuesta viene trabajando el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, quien dijo que la Argentina aspira a que un porcentaje de lo que cada país debe pagarle al Fondo Monetario sea utilizado para la "transición ecológica".

Los "bonos verdes".

Analistas de mercado sostienen que el mecanismo podría asimilarse a lo que en el sector privado se conoce como "bonos verdes".

Se trata de un tipo de deuda emitida por instituciones públicas o privadas para financiarse. 

A diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un proyecto medioambiental o relacionado con el cambio climático.

Entre esas iniciativas se incluyen energías renovables, eficiencia energética, prevención y control de la contaminación, y gestión sostenible de recursos naturales y el uso de la tierra.

También los referentes a la conservación de la biodiversidad terrestre y acuática, el transporte limpio, la gestión sostenible del agua y de las aguas residuales, la adaptación al cambio climático y productos adaptados a la economía ecológica.

En esa línea, hay empresas y países que se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

En el marco de la negociación, "adquieren" bonos que obtuvieron empresas a cambio de desarrollos sostenibles. 

Así se produce una especie de compensación, que por ahora es muy difícil de cuantificar, admiten en foros internacionales.

Por cada reducción de dióxido carbono, corresponde una cierta cantidad de bonos, que tienen una cotización y pueden comprarse y venderse.

El Presidente dijo que la Argentina está en condiciones de generar proyectos sustentables, cuya mitigación del cambio climático sea medible en CO2 y obtener un perdón de la deuda de acuerdo con cierta escala.

Hidrógeno verde.

En medio de esta expectativa, en el gobierno destacan el anuncio de una empresa australiana de que invertirá USD 8.400 millones en un proyecto de "hidrógeno verde" para ser utilizado como combustible.

El proyecto lo encarará la empresa Fortescue, propiedad del australiano Andrew Forrest -uno de los productores más importantes de hierro del mundo y un magnate en la minería-, quien eligió al ex capitán de Los Pumas Agustín Pichot como representante en la Argentina.

Forrest explicó que decidió virar hacia las energías limpias, el mismo argumento que la Argentina pretende instalar para que la comunidad internacional le perdone parte de sus deudas.