Los vínculos comerciales entre Brasil y Chile podrían contar en los próximos días con un impulso significativo, si la Cámara de Diputados del primer país aprueba el Tratado de Libre Comercio que le permitirá ventas a sectores del Estado trasandino estimadas en unos 11 millones de dólares anuales.

Si bien el principal socio comercial de Brasil en la región es la Argentina por un amplio margen, Chile se mantiene en el segundo lugar como destino de las exportaciones del principal socio del Mercosur y es, a su vez, el segundo importador.

En 2020, el intercambio comercial que tuvo Brasil con Chile llegó a los US$ 6.700 millones, a considerable distancia de los US$ 16.700 millones que concretó con la Argentina, pero el volumen de negocios que promete la aprobación del tratado permitiría reducir la diferencia de manera considerable e incluso los trasandinos podrían ubicarse en el primer lugar entre los socios comerciales brasileños en América Latina.

La aprobación viene siendo demorada (el Tratado bilateral fue firmado en 2018) pero en la Confederación Nacional de la Industria (CNI, equivalente brasileño de la UIA) confían en su pronta aprobación que abriría un importante canal de exportaciones.

De acuerdo con la visión de la CNI, la aprobación del tratado “ayudará a impulsar los flujos comerciales, tanto de bienes y servicios como de inversiones entre los dos países”.

En un claro mensaje a los legisladores -y al propio presidente Jair Bolsonaro- los industriales brasileños realizaron el lanzamiento del Consejo Empresario Brasil-Chile (CEBRACHILE), en un acto que contó con la participación de los cancilleres de ambos países.

“Nuestros gobiernos comparten valores de promoción de la democracia, defensa de los derechos humanos y respecto a los principios de libre comercio y de economías de mercado”, remarcó en canciller brasileño Ernesto Araújo, quien consideró la aprobación del acuerdo como “nuestra prioridad número uno en tratados internacionales”.

Su par chileno, Andrés Allamand, destacó que para los empresarios “hay oportunidades que pueden ser aprovechadas de los dos lados”, al tiempo que consideró a Brasil “un gran socio comercial y también un aliado estratégico en la región”.

Si bien el acuerdo es de doble vía, el interés de los industriales brasileños no pasa tanto por lo que podrían importar de Chile sino por la apertura de un interesante mercado para la exportación, con una especial atención en el programa de compras gubernamentales del país gobernado por Sebastián Piñera.

Brasil y Chile tienen un acuerdo comercial vigente desde 1996 que elimina los aranceles de importación para todos los productos vendidos por ambos países, pero el acuerdo de 2018, pendiente de su aprobación en Brasilia, actualiza y trae nuevas reglas para las relaciones comerciales y de inversión.

Según la CNI, “el acuerdo garantiza a los brasileños el acceso a un mercado en Chile estimado en US$ 11 mil millones por año, incluyendo la posibilidad de ventas a 43 entidades del gobierno central en el país vecino, con la reducción de barreras y mayor transparencia en los procesos de licitación”.

El acuerdo también trae compromisos para la autorización de establecimientos de exportación sin inspección individual previa (pre-listado ), lo que contribuirá a las ventas agroindustriales brasileñas a Chile.

También existe una apertura del mercado para la prestación de servicios, reconocimiento mutuo de certificaciones y facilitando el ingreso temporal de personas para negocios.

“La implementación del acuerdo es una prioridad para el sector empresarial, que trabajó en conjunto con el gobierno brasileño para concluirlo”, sostuvo el superintendente de Desarrollo Industrial de la CNI, João Emilio Gonçalves.

El directivo indicó que “además de contribuir a una mayor y mejor inserción de Brasil en el mercado internacional, el tratado ayudará en la recuperación de la crisis desencadenada por la pandemia Covid-19”, aunque aclaró que “todo esto depende, sin embargo, de su rápido manejo en el Congreso Nacional”.

El interés de la CNI se reflejó también en el apoyo público de los legisladores agrupados en el Frente Parlamentario Mixto de Comercio e Inversión Internacional (FRENCOMEX), el Frente Parlamentario Agropecuario (FPA) y el Frente Parlamentario por el Libre Mercado ( FPLM).