Después de varios meses de caída sostenida en la actividad económica, marzo pareció marcar el punto de recuperación. Sin embargo, tras los datos alentadores de julio, el panorama para agosto muestra señales de desaceleración. 

Desde la consultora Outlier señalaron que “los dos primeros datos primarios de actividad de agosto no permiten mantener el optimismo que imprimieron los de julio para el nivel de actividad mensual”. En agosto de 2024, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) evidenció una disminución del 4,3% en comparación con el mismo mes del año anterior. 

En julio de 2024, el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) registró un crecimiento desestacionalizado de 1,8% respecto al mes anterior. A pesar de la caída interanual del 5,6%, el ritmo de la baja ha disminuido. 

Este crecimiento en la comparación mensual no se veía desde abril, mientras que la desaceleración en la contracción del consumo interanual alcanzó niveles comparables con los de mayo. De esta forma se monitorea el consumo de bienes y servicios finales con periodicidad mensual, complementando la información sobre el comercio y la actividad económica. 

En los primeros siete meses de 2024, el IC acumuló una contracción interanual del 6,2%, en línea con el deterioro del consumo observado desde principios de año.

Asimismo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central proyecta una inflación del 3,9% para agosto, que se informará la próxima semana, y prevé que la misma sea del 3,5% para septiembre. Para el dato anualizado, se espera una inflación del 122,9%, con una caída de 4,75 puntos porcentuales respecto a las proyecciones anteriores. 

Desaceleración económica en agosto: los datos que la explican

Con lo anterior en mente, el retroceso de la actividad económica se puede explicar por un contexto de leve moderación inflacionaria. En julio, la inflación mensual fue del 4%, la más baja en lo que va del año, con una tasa interanual de 263,4% y una acumulada anual del 87%. 

Este enfriamiento inflacionario ha favorecido una leve recuperación del consumo desestacionalizado, la cual podría marcar el inicio de una tendencia ascendente. La estabilidad cambiaria, sostenida por el esquema de crawling peg, ha contribuido a desacelerar la inflación, a pesar de las dificultades observadas en junio.

Sin embargo, el impacto de las tarifas y los subsidios a los servicios públicos será clave para evitar un repunte de la inflación que afecte negativamente el consumo en los próximos meses.

Al analizar algunos rubros específicos, la mayoría registró caídas interanuales respecto a julio de 2023, con excepciones como vivienda, alquileres y servicios públicos. El sector de indumentaria y calzado tuvo un decrecimiento del 19,1% interanual, contribuyendo con un 1,2% a la contracción del IC. 

La caída se debió a la postergación de compras no esenciales por parte de los hogares, afectados por la pérdida de poder adquisitivo. No obstante, la caída fue menor que en meses anteriores, lo que podría indicar una posible recuperación del sector.

El rubro de transporte y vehículos disminuyó un 8,9% interanual, contribuyendo con un 1,1% a la baja del IC, afectado por la contracción del ingreso real y la reducción en el consumo de combustibles. En tanto, recreación y cultura mostró una contracción del 19,7% interanual, con una incidencia negativa de 2 puntos porcentuales en el IC, debido a la reducción del poder de compra y la postergación del consumo en bienes relacionados con el ocio.

En contraste, el rubro de vivienda, alquileres y servicios públicos experimentó un crecimiento interanual del 2,9%, impulsado principalmente por el aumento en la demanda de energía eléctrica.

Los demás sectores experimentaron una contracción del 3,5% interanual, situándose un 0,2% por debajo de los niveles prepandemia.