La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió que el panorama no es fácil para los productores, que deberán alcanzar altos rendimientos para compensar los bajos márgenes de rentabilidad que implican la baja de precios internacionales y los altos costos locales.

En el caso de sembrar soja, el principal producto de exportación, la rentabilidad “no supera los US$ 300 por hectárea en campo propio y es negativo en campo alquilado”, advirtió la BCR a través de un informe.

En este marco, los productores deberán “superar los 45 quintales por hectárea para tener margen” de ganancia.

Para tener en cuenta el esfuerzo que esto implica, el promedio de las últimas cinco campañas en la región núcleo fue de 33 quintales por hectárea, y en los cinco años anteriores fue de 40.

Sin embargo, en el caso del maíz temprano “sigue siendo el más rentable en campo propio, con un margen de US$399”, dijo la BCR.

Advierten que la rentabilidad del campo cae, incluso, en la “zona núcleo”

Por otra parte, el maíz tardío generaría un margen de US$ 254 hectárea con rindes de 85 quintales por hectárea.

Comparado con octubre de 2022, - el 2023 no se toma debido a la sequía - la rentabilidad de los cultivos están en baja.

“Hace dos años los valores eran buenos en la mayoría de los cultivos, cuando la cosecha argentina sufrió uno de los mayores golpes por la falta de agua”, señaló la BCR.

La disponibilidad de agua ha impulsado el inicio de la siembra de soja en la región núcleo, aunque el avance es bajo, con apenas un 5% de la superficie sembrada, equivalente a 275.000 hectáreas de las 5,5 millones proyectadas. Este ciclo, se espera un incremento del 20% en la superficie sembrada en comparación con el ciclo anterior.