Advierten que la mitad de las economías regionales están en crisis o tienen signos de estarlo
Un estudio de Coninagro revela el complejo panorama que atraviesan las economías regionales.
Los efectos de los factores climáticos, especialmente la sequía, la volatilidad tanto de los precios como de los costos, y la dificultad para contar con los insumos necesarios para la producción viene castigando fuerte a las economías regionales, que de acuerdo a un informe de Coninagro, tiene a 9 de un total de 19 en crisis o con signos de estarlo.
El Semáforo de Economías Regionales correspondiente a junio que elabora la entidad rural, refleja que del total de las 19 actividades relevadas, cuatro se encuentran en crisis, cinco con signos de crisis, ocho en estado de advertencia por el emplazamiento de sus índices; y apenas dos se vislumbran en crecimiento.
Al referirse a las causas que explican el complejo momento del sector, el informe detalla que “los factores climáticos se observan en los volúmenes de producción y la superficie o stock estimado de 7 actividades, especialmente en la agricultura” y agregó que “la sequía, los granizos y las heladas se llevaron la mitad de la producción”.
Al mismo tiempo, remarca en el aspecto económico que “los precios en pesos al productor están teniendo una alta volatilidad, ya que suben y bajan mucho de un mes a otro, y los costos están estabilizándose luego de que el año pasado crecieran exponencialmente”, mientras que advierten sobre la dificultad en la “disponibilidad de insumos” para llevar adelante la producción.
Por otro lado, el documento precisa que “los mercados muestran una gran disparidad en las exportaciones y el consumo interno, siendo un caso particular para cada producción, con una tendencia al menor consumo interno y mejoras puntuales en las exportaciones”.
Las actividades que la entidad rural considera que actualmente se encuentran en crisis son las del algodón, granos, leche junto con vino y mosto, siendo las cuatro fuertemente golpeadas por las inclemencias climáticas, ya sea por la sequía, las olas de calor, heladas tardías o caída de granizo.
En el caso del algodón, afectado por la sequía, el volumen cosechado cayó 30%. En tanto que el precio del productor tuvo una baja interanual del 47% y un desplome de las exportaciones del 67%. Los granos, por su parte, tuvieron una caída productiva del 32% y una merma en los envíos al exterior del 19%.
En el sector lechero “se achicaron los volúmenes producidos en mayo, con precios a la par de la inflación, aunque los costos están cambiando por la falta de reservas”, aporta el informe. Con respecto al vino y el mosto, registró una caída en la producción del 21% y en la exportación del 14%.
Las otras actividades que muestran signos de crisis son la de los cítricos dulces, por un derrumbe de la producción (-18%) y de las exportaciones (-47%); forestal, por el declive en los despachos al exterior (-32%); el de la mandioca, por problemas productivos y alta importación; la de peras y manzanas, por el desplome en el volumen cosechado (-21%); y el del tabaco, por precios por debajo de la inflación y caída de los embarques.
En cuanto a las actividades que se encuentran en estado de advertencia son el arroz, debido a una menor producción, pero con mejoras en la exportación; los bovinos, que presentan precios muy bajos, aunque con señales positivas en la producción en el campo luego de las lluvias; las hortalizas, marcadas por la volatilidad de precios, costos sumado a la disponibilidad; el maní, que exhibe mejoras en las señales del mercado, finalizando una cosecha impactada por la sequía; la miel y los ovinos, que se encuentran en una etapa de definición de precios; las papas, donde existe preocupación por el volumen cosechado; y los porcinos, que cuentan con costos al alza, pero con un mercado estable.
Las únicas dos actividades que muestran signos concretos de crecimiento son el sector avícola, que si bien se vio impactado por la gripe aviar, por la caída de las exportaciones en un 9%, la producción se mantuvo constante, con un crecimiento del consumo interno y precios acordes a la inflación; y el de la yerba mate, con una marcado crecimiento en el consumo del 7%.