Jugaban en el sur las reservas del Quilmes Atlético y Nueva Chicago.

Y de pronto se produjo un alboroto.

Al costado del campo de juego serpenteaba un reptil.

Nunca mejor aplicado el verbo.

¡Era una serpiente!.

¡Flor de susto para jugadores, árbitro, técnicos y demás!.

Por suerte no fue más que un sobresalto, nos cuenta la informante Claudia.

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BUENOS AIRES, NA

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