La variante Ómicron de coronavirus empezó a impactar en el deporte este fin de semana, cuando el Belenenses de la Primera División de Portugal sufrió un brote dentro de su plantel que lo obligó a jugar frente al poderoso Benfica con apenas nueve jugadores disponibles.

El partido, que motivó críticas a la decisión de la Federación Portuguesa por no haberlo postergado, debió ser suspendido por el árbitro al inicio del segundo tiempo, cuando el Benfica ganaba 7-0 y un par de futbolistas del Belenenses acusaron lesión y, por no tener la mínima cantidad reglamentaria, se vieron imposibilitados de continuar.

Hasta el momento son trece los casos confirmados dentro del plantel y, según reveló el Instituto Nacional de Salud de Portugal (INSA) este lunes "probablemente" estén relacionados con la variante Ómicron, que crece rápidamente entre los países europeos.

Al parecer, un integrante del equipo viajó recientemente a Sudáfrica y habría sido el "caso cero" no sólo del plantel, sino también el identificado en el país, porque son los primeros positivos de la nueva variante.

"La Liga es una vergüenza", cantaron los pocos hinchas presentes en las gradas para despedir a los protagonistas del grotesco partido, en el que el técnico Filipe Candido tuvo que utilizar a su habitual arquero titular como jugador de campo.

Antes, personalidades del fútbol portugués ya habían expresado su rechazo a lo sucedido. "¿Esto qué es? ¿Soy el único que no entiende por qué no se ha aplazado el partido?", reaccionó en Twitter Bernardo Silva, ex del Benfica y actual jugador del Manchester City, además de una de las estrellas de la Seleçao.

"Vergonzoso" fue el calificativo utilizado por Alfonso Sousa, jugador del Belenenses, por el hecho de que no se postergó el partido en el estadio Nacional de Lisboa.