Todo sigue igual que ayer: a 10 años del ascenso de Independiente
Una tarde como hoy en 2014, el equipo de Avellaneda le ganaba a Huracán recuperando la categoría, pero no así el orden institucional y deportivo.
El 11 de junio de 2014 Independiente retornaba a la Primera División al vencer por 2 a 0 a Huracán en la ciudad de La Plata y tras estar un año en la segunda categoría, un hecho que debió cerrar la etapa más oscura de la historia de un club que hoy, tras una década, sigue en el mismo lugar de caos institucional y deportivo.
Bajo una leve llovizna que cubría el cielo del estadio Único de La Plata aquella tarde de miércoles, el equipo de Avellaneda vencía al conjunto de Parque de los Patricios con goles de Martín Zapata y Francisco Pizzini y volvía a la Primera División del fútbol argentino, un lugar en el que se mantuvo por más de 100 años hasta la fatídica jornada del 15 de junio de 2013 cuando descendió tras perder con San Lorenzo.
Esa tarde, Independiente esperaba cerrar el capítulo más oscuro de su laureada historia que lo tiene como una de las instituciones más ganadoras de América y el mundo. Un capítulo que inició por la década del 90’ con gestiones espantosas, de poco fiar y de dudosos manejos, colmadas de dirigentes que formaban un círculo vicioso infinito saltando de agrupación en agrupación para seguir caminando por los pasillos de la sede de Avenida Mitre 470 en Avellaneda.
Parecía que ese miércoles de junio, todo eso acabaría y que desaparecerían dirigentes como Julio Comparada, Javier Cantero, Daniel Seoane, Fernando Scciacaluga, Fabio Fernández o Jorge Damiani, entre otros, pero ese ideal del hincha duró poco y nada.
Poco menos de un mes después de aquel triunfo en La Plata, el 6 de julio se dieron las elecciones anticipadas tras la renuncia de Cantero al cargo de presidente luego de la caída 2 a 0 ante Sarmiento de Junín el 24 de marzo de 2014. En dichos comicios, el sindicalista Hugo Moyano ganó con casi el 70% de los votos y asumía un club absolutamente devastado, con deportistas sin agua caliente para bañarse, con campos de juegos deplorables en las sedes y una crisis económica que tenía a Independiente en la agonía.
En ese contexto, Moyano asumió con varios nombres que ya venían desde hace años en la política del club: Seoane, Damiani, Fernández, Carlos Montaña y Gustavo Lema. A su vez, se sumaba gente del ámbito político nacional como Cristián Ritondo.
Sin la aparición del sindicalista y de inyecciones económicas, hoy el club de Avellaneda sería una sociedad de fomento más de las miles que hay en el país y hubiese desaparecido aquel gigante del futbol mundial. La historia fue otra y, tanto económica como deportivamente, la institución empezó a resurgir y a transitar pasajes de bienestar.
La puesta a punto de los predios de Wilde y Villa Domínico, la finalización del estadio Libertadores de América, la recuperación del orden institucional, la participación de copas internacionales, una marcada línea de juego ofensiva entre los entrenadores que pasaron en la gestión, fueron los estandartes de los primeros dos años y medio de Moyano en Independiente pero, en las tribunas, el fútbol se mide con resultados y poco importa la buena gestión si no hay campeonatos.
El 26 de diciembre de 2016, tras la ida de Gabriel Milito como entrenador, Ariel Holan fue quien tomó el cargo y revolucionó el club de Avellaneda con un fútbol muy vistoso, con varios juveniles en cancha y que terminó consagrándolo el 13 de diciembre de 2017 en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro con la obtención de la Copa Sudamericana. Asimismo, en las entrañas del club, el ex Defensa y Justicia no era del agrado de algunos de los dirigentes que asumieron con Moyano.
Luego de la estrella internacional número 17 del club de Avellaneda, el entrenador tomó la determinación de renunciar al cargo por supuestas amenazas del líder barrabrava Pablo Álvarez y, días después, se rectificó en su decisión tras una reunión con Moyano y Ritondo que le habría prometido seguridad.
La continuidad del director técnico marcó un antes y un después en la historia moderna de Independiente porque lo que podría haber sido el forjamiento de un proyecto serio, terminó siendo el reencuentro con el desastre para el “Rojo” que, en diciembre de 2017, confirmaba el segundo mandato de Moyano tras ganar las elecciones por el 89 por ciento de los votos.
En lo deportivo, Holan mantuvo un fútbol vistoso hasta finales de 2018 llegando hasta cuartos de final de la Copa Libertadores, conquistando la Suruga Bank en Japón y, además, vendiendo en aproximadamente 48 millones de dólares en su etapa. En lo económico, la directiva accedió a adquirir todo jugador que el entrenador desee y el club hizo inversiones millonarias, alrededor de los 23 millones de dólares, para cumplir los pedidos del director técnico.
En lo político, la continuidad del oriundo de Lomas de Zamora empezó a fracturar una comisión directiva que se dividió entre el ala moyanista -que apoyaba a Holan- y el famoso ‘Grupo Champagne’ (integrado por Seoane, Damiani, Fernández, Lema y Ritondo en un principio), que no estaban a gusto con la presencia del entrenador que, por si fuera poco, tomó partido por el presidencialismo de Moyano.
La etapa de Holan en Independiente finalizó a mediados de 2019 cuando la dirigencia decidió finalizar su vínculo con el club y, según declaraciones del entrenador, se enteró por la televisión de su desvinculación. Sebastián Beccacece fue el reemplazante y la directiva volvió a tropezar con la misma piedra ya que gastó alrededor de 15 millones de dólares por jugadores que nunca estuvieron a la altura del club como Alexander Barboza o Cristián Chávez.
El ex ayudante de Jorge Sampaoli duró 16 partidos en el cargo y fue destituido para que asuma Lucas Pusineri en diciembre de ese año hasta enero de 2021 en un paso sin pena ni gloria por el club. Hasta noviembre de 2022, los entrenadores que sucedieron al ex mediocampista de Independiente duraron menos de un año en el cargo.
En paralelo a la declive futbolística que se estaba dando en el “Rojo”, en las entrañas del club empezaban a aparecer las renuncias de directivos que se empezaron a sumar al ‘Grupo Champagne’ mientras Moyano brillaba por su ausencia en el cargo de presidente y el secretario general, Héctor Maldonado, cumpliendo el rol de manera extraoficial.
El ‘Grupo Champagne’ empezó a sumar adeptos y a tejer una nueva alianza para derrocar a Moyano como presidente de Independiente. Con la repetición de los métodos de salto de agrupación en agrupación y la aparición del intendente de Lanús, Néstor Grindetti, como figura política, este grupo se agrupó detrás de la agrupación ‘Independiente Tradicional’ -que no participaba hace 46 años de una elección en el club- y era la opción opositora en los comicios de diciembre de 2021 con el trinomio Fabian Doman, Grindetti y Juan Marconi.
Llegada la fecha del 18 de diciembre, la agrupación bajo el nombre de ‘Unidad Independiente’ se vio imposibilitada de participar de las elecciones debido a que no estaba en regla pero, con artilugios legales, lograron suspender los comicios denunciando “persecución” y “proscripción”. Con un Moyano repudiado cada fin de semana y sin intención alguna de hacerse valer o mejorar la gestión con al menos un fin eleccionario, la oposición aprovechó ese vacío y, con 100 propuestas en su plataforma, ganó terreno en el desierto político que era Independiente.
Con apellidos como los de Seoane o Carlos Montaña que hasta el último día fueron funcionarios de la gestión de Moyano, el trinomio pudo presentarse en las elecciones del 2 de octubre de 2022 y ganó con el 72 por ciento de los votos en unos comicios históricos con casi 16 mil socios sufragando.
Insólitamente, la desgracia azotó otra vez al club de Avellaneda y Doman renunció al cargo de presidente el 11 de abril de 2023, durando solo seis meses en el puesto y allegando que le resultó imposible avanzar en cualquier área del club. Rápidamente, la gestión perdió credibilidad en medio de una crisis deportiva que lo tenía a Independiente con 11 nuevos jugadores que algunos se fueron a mitad de año, peleando el descenso por tabla anual y sin entrenador tras la renuncia del aprendiz Leandro Stillitano.
Por cadena de mandos, quién tomó el cargo fue Grindetti que tuvo que pedirse licencia como intendente de Lanús pero, mientras tanto, sus aspiraciones estaban puestas en la campaña para gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Tal es así que llegó a declarar que era más importante “sacar a Kicillof que Independiente”.
Con la salida del conductor televisivo del club, el vicepresidente segundo Juan Marconi acercó al influencer Santiago Maratea para que haga una colecta por Mercado Pago y se puedan solventar las deudas de 20 millones de dólares que acarreaba el club. La movida careció de transparencia ya que el influencer inicialmente dijo que no se quedaría con plata de la colecta, poco tiempo después afirmó que se llevaría el 5 por ciento de esta y, en Neuquén donde se presentó el fideicomiso, el contrato afirma que se quedaba con 35 mil dólares mensuales por la movida que solo recaudo 3.5 millones de dólares que alcanzaron para levantar un embargo con el América de México.
Deportivamente, el club seguía en su lucha con el descenso con otro entrenador que duró poco y nada: Ricardo Zielinski. Tras la ida del actual técnico de Lanús, quién tomó el cargo fue Carlos Tevez que durante su primer semestre apostó a la motivación del equipo y logró salvarlo del descenso pero no clasificó a la próxima fase de la Copa de la Liga 2023.
El mercado de pases del verano de 2024 fue el primero que tuvo Tevez para armar su equipo y se pudo traer jugadores como el paraguayo Gabriel Ávalos, de buen paso por Argentinos Juniors, pero también al ignoto ecuatoriano Jhonny Quiñónez por un millón de dólares, un valor del cual muy lejos estuvo el ex Aucas de justificarlo. Independiente no descolló en su juego, quedó fuera de la Copa de Liga nuevamente y, tras perder la primera fecha de la Liga Profesional ante Talleres de Córdoba, Tevez renunció y se convirtió en el tercer entrenador, sin contar interinos, que tuvo la gestión de Unidad Independiente.
En paralelo, Marconi renunció a su cargo como vicepresidente segundo luego de que la Comisión Directiva nombre a Carlos Montaña, vicepresidente de Moyano, en el mismo rol. Con su ida y la debilidad de Grindetti como presidente por su cargo como Jefe de Gabinete de Ministros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el ‘Grupo Champagne’ es hoy por hoy quién maneja los hilos del club con Seoane a la cabeza, un hombre que ingresó al club en la gestión de Julio Comparada y, saltando de agrupación en agrupación, hoy es el secretario general de un Independiente inhibido y en su peor crisis económica y deportiva como hace diez años cuando volvía a la Primera División.