El US Open más extraño de la historia quedó en manos de Dominic Thiem, que definitivamente escribió su nombre en la historia del tenis. En un Arthur Ashe sin la emoción del público por culpa de la pandemia de coronavirus (COVID-19) y luego de más de cuatro horas de batalla, el austríaco se consagró campeón por primera vez de un Grand Slam luego de vencer al alemán Alexander Zverev por 2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (8-6).

Zverev había salido a la cancha con decisión y logró apoderarse de los primeros dos sets. Sin embargo, el austríaco reaccionó a tiempo y, a pesar de terminar con lo justo físicamente, fabricó una enorme remontada para terminar en el suelo de Flushing Meadows saboreando la gloria.

Es la primera vez desde 2016, cuando se coronó Stanislas Wawrinka, que ninguno de los integrantes del "Big Three" estuvo en la definición del Grand Slam de Nueva York, una cuestión que hace aún más especial a la edición 2020 del Abierto de Estados Unidos: Roger Federer se ausentó por estar recuperándose de una operación en la rodilla, Rafael Nadal prefirió no viajar por la pandemia, y Djokovc fue descalificado luego de pegarle un pelotazo accidentalmente a una jueza de línea.

Además, el número tres del mundo, de 27 años, es el primer ganador de un torneo "grande" nacido en la década de 1990.

El austríaco llegaba como el gran favorito luego de la inesperada salida del serbio, y venía desplegando un tenis de alto vuelo, tal como se vio reflejado en la semifinal que le ganó en sets corridos al ruso Daniil Medvedev.

Finalmente, la cuarta fue la vencida para Thiem, que había caído en las otras tres finales de Grand Slam que disputó: perdió en 2018 y 2019 ante Rafael Nadal en Roland Garros y, este año, tampoco pudo en el Abierto de Australia -el único Grand Slam que se disputó antes del parate por la pandemia- frente a Djokovic.