Sinner campeón en Australia: cuando la fortaleza mental marca la diferencia
El italiano demostró tener la madurez necesaria para meterse en la conversación por el N°1 del mundo.
El tenista italiano Jannik Sinner ganó su primer título de Grand Slam tras derrotar en la final del Abierto de Australia al ruso Daniil medvedev, en un partido que tuvo como clave la fortaleza mental para afrontar los momentos más complicados.
En un deporte como el tenis, donde todos los tenistas de la elite cuentan con un enorme talento y una técnica casi perfecta, al final la mayoría de las veces salen ganadores aquellos que mantienen la cabeza fría en los momentos cruciales.
Esto último fue lo que les faltó a los jugadores de la generación de Daniil Medvedev, Alexander Zverev y Stefanos Tsitsipas. No tenían nada que envidiarle en lo técnico al “Big Three” compuesto por Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, incluso les ganaron varios partidos. Pero a la hora de la verdad, estos jugadores históricos siempre terminaban levantando el trofeo en los torneos de Grand Slam. La única excepción fue Medvedev, que ganó el US Open 2021.
La respuesta parece ser clara: la cabeza. Mientras que los del “Big Three” aprovechaban cualquier posibilidad que tenían para resurgir de entre las cenizas en partidos prácticamente perdidos, los jugadores de la generación de Medvedev, Zverev y Tsitsipas dejaron pasar una oportunidad tras otra.
Como ejemplo puede servir el denominador común que hay entre los tres: todos ellos perdieron al menos una final de Grand Slam en la que tenían una ventaja de 2-0 en sets. A Medvedev le pasó dos veces en Australia (en 2022 contra Nadal y en hoy ante Sinner), a Zverev en el US Open 2020 (con Thiem, pero también tuvo derrotas insólitas en rondas previas con ventajas que parecían irremontables) y a Tsitsipas en Roland Garros 2021 (frente a Djokovic). Además, es una constante ver cómo se van de partido cuando las cosas no les salen.
En lo que respecta a la nueva generación, tal vez ya se esté viendo que vienen con esa cuota de madurez necesaria para ganar en los grandes torneos. Primero pasó con Carlos Alcaraz, que con solo 20 años ganó dos títulos de Grand Slam (superando en una final de Wimbledon que será recordada a Novak Djokovic), cuatro Masters 1000 y llegando a ser el N°1 del mundo más joven de la historia. La actualidad marca que el español atraviesa un pequeño bajón en su nivel hace meses, pero tiene tiempo de sobra para recuperarse y seguir dando pelea arriba.
El caso más actual es el de Sinner. Dueño de unos golpes con una potencia pocas veces vista, ángulos casi imposibles desde cualquier lugar de la cancha y una técnica exquisita, era cuestión de tiempo para que el italiano empiece a pelear en los torneos importantes. Y vaya si quedó demostrado. En los últimos meses de 2023 hizo el click en su cabeza que le permitió mantener su mejor nivel en los puntos decisivos y los resultados se vieron al instante: consiguió su primer Masters 1000 en Toronto, llegó a la final del ATP Finals y fue fundamental para que Italia gane la Copa Davis.
Ni hablar de lo que ocurrió hoy contra Medvedev, a quien le dio vuelta un partido que parecía perdido y batallando en cada punto como si fuese el último.
Será cuestión de tiempo para ver si la nueva generación, con Alcaraz y Sinner al mando, pueden tener la fortaleza mental para dominar el circuito durante los próximos años.