El 21 de enero de 2019 nadie del entorno de Emiliano Salas sabía que sería la última vez que vería al jugador con vida. Ese día Salas se subió a una avioneta privada desde Francia a Gales para firmar su vinculación con el club Cardiff City, pero en pleno Canal de la Mancha el avión tuvo un desperfecto y cayó al océano.

17 días después, luego de varios días de investigación en la que el gobierno francés y la familia aportaron recursos, se encontró la avioneta y el cuerpo del jugador de 28 años. Hasta ese momento todo era inconcluso, pero tras la aparición, comenzaría el paso siguiente para saber realmente que sucedió con el avión que trasladaba a Salas y que terminó con el sueño de muchos.

La avioneta era un Piper PA-46 Malibu y al momento del despegue nada parecía estar fuera de lugar, hasta que Salas le envió un audio a un amigo en el que contaba su preocupación por la situación en la que se encontraba el avión: "Hermano, estoy muerto. Estoy acá, arriba del avión, que parece que se está por caer a pedazos y me estoy yendo para Cardiff, loco, que mañana sí ya arrancamos a la tarde a entrenar con el nuevo equipo, a ver qué pasa. Si en una hora y media no tienen novedades mías, no sé si van a mandar a alguien a buscarme, porque no me van a encontrar, pero ya saben… Papá, qué miedo que tengo".

Emiliano tenía razón. Minutos después de aquel audio no se supo nada más de él y por eso el operativo de búsqueda comenzó rápido, ya que Salas había anunciado su trágico final. En la investigación se pudo constatar que el piloto solicitó un aterrizaje de emergencia en Guernsey, área en el que luego el avión desaparece del radar.

La conclusión de los investigadores es que el piloto perdió el control de la aeronave tras realizar una “maniobra brusca a una alta velocidad para sobrellevar el mal tiempo”. A su vez se constató que la avioneta no estaba autorizada para realizar viajes comerciales.

El cuerpo del piloto nunca fue hallado y el único culpable es David Henderson, quien organizó el vuelo, pero desistió de ir por “problemas personales”. El 21 de noviembre de 2021 la justicia lo encontró culpable por negligencia ya que no siguió con las normas de seguridad elementales para diagramar el traslado del jugador de un país a otro. Henderson deberá cumplir una pena de cinco años de prisión.