Rubiales se presentará ante la Justicia en medio de la investigación por agresión sexual
Es por el beso a la jugadora Jenni Hermoso, hecho que tuvo lugar el 20 de agosto y que eclipsó la victoria de la selección femenina de España en el Mundial de Sídney.
El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales comparecerá este viernes ante un juez de la Audiencia Nacional por una querella de agresión sexual derivada de su beso en los labios a la jugadora Jenni Hermoso, un incidente que desató el debate sobre el sexismo en el deporte y la sociedad españolas.
Los hechos que tuvieron lugar el 20 de agosto eclipsaron la victoria de la selección nacional femenina en el Mundial de Sídney y dieron lugar a protestas similares a las del movimiento Me Too, impulsando a otras mujeres a denunciar tratos sexistas y agresiones. También hicieron temblar los altos estamentos del fútbol español, dominados por los hombres.
Rubiales, de 46 años, mantuvo que el beso fue mutuo y consentido. Tras resistirse durante semanas a las peticiones de que dimitiera como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rubiales, ya suspendido por la FIFA, renunció finalmente el 10 de septiembre, aunque sigue sin mostrar arrepentimiento.
"Soy una buena persona, que en un momento de máxima felicidad, con consentimiento, preguntándolo antes —se pueden leer mis labios— por la alegría inmensa, (...) ganar un mundial es algo maravilloso y la verdad no puede haber ninguna intención más allá que la propia celebración y la alegría", dijo el domingo al entrevistador de la televisión británica Piers Morgan.
Comparó el ambiente de celebración en Sídney con ganar la lotería o ver el final de una guerra, situaciones en las que, según dijo, "la gente no pide permiso".
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, calificó las acciones de Rubiales como vergonzosas y señaló que las mismas demuestran el machismo en diversas estructuras que existen en la sociedad española.
El 8 de septiembre, la fiscal Marta Durantez Gil presentó una querella ante la Audiencia Nacional contra Rubiales después de que Hermoso dijera a los fiscales que éste la besó en la boca sin su consentimiento mientras le sujetaba la cabeza con ambas manos en la ceremonia de entrega de medallas.
La fiscal agregó un posible delito de coacciones después de que Hermoso dijera que ella y sus familiares fueron presionados por Rubiales y su entorno para que dijeran que "justificaba y aprobaba lo sucedido".
El juez Francisco de Jorge está a cargo de una investigación que tiene que preceder a cualquier acusación formal según la legislación española y decidirá si el caso va a juicio. En caso afirmativo, podría enfrentarse a penas de entre uno y cuatro años de prisión.
"En un proceso penal, poder probar el consentimiento se convierte en algo crucial", dijo a Reuters el experto jurídico Gonzalo Jiménez, socio del bufete de abogados Martínez Echevarría, quien agregó que era importante probar la malicia o intencionalidad, ya que en los casos de agresión sexual solo se castigan los actos maliciosos e intencionados.
De Jorge ordenó a varios medios de comunicación, entre ellos la cadena estatal TVE, que le envíen imágenes del incidente y vídeos posteriores, como uno en el que los jugadores celebran en un autobús con Rubiales y se refieren al beso en lo que parece ser un tono desenfadado.
La vista del viernes es a puertas cerradas y la investigación podría durar varios meses.
El caso judicial será también una prueba pública de la emblemática ley del "Solo sí es sí" del Gobierno de coalición de izquierdas, que sitúa el consentimiento en el centro de las relaciones sexuales.
Muchas jugadoras, organismos deportivos y políticos apoyaron a Hermoso en una campaña que se unió en torno al hashtag #SeAcabó en redes sociales, mostrando la creciente intolerancia de la nación ante los abusos.
Las 87 mejores jugadoras de fútbol de España, incluidas las 23 campeonas del mundo, se negaron a jugar con la selección hasta que se produzcan cambios en la línea directiva y el estilo de la RFEF.
La RFEF destituyó al seleccionador femenino Jorge Vilda y nombró a su ayudante Montse Tomé como la primera mujer al frente del equipo. Pero la delantera Olga Carmona dijo esta semana que las jugadoras aún no habían determinado si los cambios eran suficientes para regresar al equipo.