Por Martin Perazzo (*) .

En Boca, la vida de un ídolo depende de otro ídolo. La continuidad de Tevez depende de Riquelme, o viceversa. Vaya uno a saber que pasará. Lo que esta claro es que tanto Carlitos como Román deberán consensuar posiciones entre ex compañeros que siempre convivieron con los dientes apretados, mirándose de reojo, con cierto recelo y envidia del lugar que cada uno fue ocupando en la vidriera del fútbol internacional, de selección o doméstica.

El viernes, Tevez redoblo la apuesta con una estrategia que no tiene contra: Donar lo que Boca le pague en un contrato por 6 meses. La carrera de Tevez, llena de éxitos deportivos y contratos millonarios, bloquea cualquier impedimento económico para definir su continuidad. Pero las formas a veces están sobre el contenido, y Tevez saca el cartel de ídolo para ser reconocido por el mismo club que dice quererlo, pero le ofreció mucho menos de lo que ganaba. Al mismo tiempo que el Patrón Bermúdez y Raul Cascini, adláteres oficiales, lo trataron públicamente de ex jugador.

La furiosa inactividad también será un cepo grande para los deportistas mayores. A los 36 años y con una gastada carrera, Tevez debe responder el interrogante de cómo y cuando se pondrá a punto para jugar en el mejor nivel. La misma incertidumbre gira en derredor de Leo Ponzio, Licha López, Pepe Sand y otros veteranos a los que la pandemia empuja al retiro.

La línea directa de contacto entre Riquelme y Tevez es intermitente. Su relación tuvo chispas siempre. Román lo atacó cuando Carlitos cambio a Boca por China y un camión de caudales. Tévez en aquel momento le respondió: “Cuando Román se tuvo que ir se fue… es fácil hablar ahora. Igual que cuando River nos ganaba y él al otro día salía a decir ‘que bien juega el equipo de Gallardo’… Yo lo sufrí, y digo las cosas de frente…”

En la nueva relación entre el jugador y el manager, se imponen algunos whatsApp protocolares y la indiferencia. Los interlocutores directos son Cascini y el Chelo Delgado, con el primero Tevez no quiere saber nada, con el segundo tiene buena relación, pero ambos son soldados de Román.

Antes de las declaraciones de caridad de Tevez, Boca ya le había ofrecido una ostensible baja de su contrato, menos del 60 % de lo que hoy gana y sólo por un año más, con una serie de premios por objetivos que compensarían la baja y harían bien exitista la propuesta.

Carlitos y Román están en el mismo barco pero en distintos camarotes, en definitiva no les quedará otra que remarla para llegar a la orilla de bienestar xeneize, la caridad post pandemia, y el sueño de ganar otra Copa Libertadores.

(*) Relator de Radio Rivadavia y TyC Sports. @perazzomartin