Fuera de foco. Mirando para otro lado. Con un fondo no acomodado. Selfies. De rollo. Con celulares. No son reyes, jeques, presidentes, empresarios, ni estrellas del deporte. Son, en cambio, carniceros, fleteros, remiseros, empleados administrativos. Todos felices, rebosantes de alegría por estar al lado del más mortal de los dioses.

Si algo marcó la vida pública de Diego Maradona fue el magnetismo con la gente, que nunca dejaba de querer registrar el momento de su encuentro con el 10. Esa atracción comenzó incluso antes de ser la joven promesa de Argentinos Juniors: ya en Los Cebollitas le pidieron sacarse fotos.

Todas esas pequeñas grandes historias están repartidas en cada punto del planeta por el que pasó Maradona, así no haya sido más que un instante: un partido (oficial o amistoso), unas vacaciones, una presentación, un vuelo en avión, un asado. Nunca importaban el momento y el lugar si había que sacarse una foto con él.

Pero esas historias forman, a su vez, todo un capítulo en la vida del 10 y dos amigos buscan armarlo, recopilarlo, en una tarea titánica a la que apodaron "Proyecto Pelusa".

"Son más de 16 mil días de recorrido desde que debutó en la Selección hasta que murió. Hasta ahora tenemos 700 fotos recopiladas con imagen, fecha e historia. Y otras 300 que estamos investigando para corroborar datos", explicó a NA el productor audiovisual Damián Cukierkorn, quien lleva adelante la iniciativa junto a su amigo y socio Sebastián Schor.

Obviamente, hay fotos de cara rincón de la Argentina por donde pasó Diego o vive alguien que estuvo cerca de él en algún momento. Pero en "Proyecto Pelusa" también hay de más de 40 países: Suiza, Rusia, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Uruguay, Brasil, Dinamarca, Suecia, México, Finlandia.

A modo de ejemplo, Cukierkorn comentó: "Maradona estuvo una sola vez en su vida en Ushuaia. Fueron dos días nada más. Y de ese breve viaje tenemos fotos. Hay de giras del Showbol, de su etapa de jugador, de director técnico. La más antigua que tenemos es de 1972, cuando una selección de chicos de Capilla del Señor jugó en La Paternal contra Los Cebollitas. Ahí, el padre de un chico le dijo a su hijo `sacate una foto con éste que es un marciano, no solamente juega bien´".

El proyecto de Cukierkorn y Schor, que nació en 2010, cuenta con una página web, una cuenta de Instagram (a la que suben fotos todos los días a las 10:10) y otra de Facebook: el próximo paso es un documental con las fotos e historias, así como también una suerte de "análisis sociográfico" de por qué se generaba el magnetismo y cómo reaccionaba él ante los pedidos de la gente.

Sin embargo, la iniciativa no concluirá con el documental, sino que se concibe como algo "eterno" -como el 10- que pueda reunir la mayor cantidad de fotos posible. Por eso, lo definen como "un álbum de figuritas eterno".

"Maradona es la única persona del mundo que junta fama y pueblo. Tal vez haya personas más famosas, pero no salen a la calle y se sacan fotos. Por eso queremos contar al Diego a partir de los relatos de la gente", insistió Cukierkorn, quien le dedica un "tiempazo" al proyecto: no sólo es la publicación de las fotos, sino chequear las historias de las fotos e, incluso, indagar más cuando alguien le envía una imagen con el astro del fútbol.

Algunas de las imágenes que más atraen a los realizadores son las del Diego en pueblos del interior a los que viajó para jugar partidos a beneficio. Una de esas ocasiones fue en 1991, cuando vacacionó en Oriente, al sur de la Provincia de Buenos Aires: estaba suspendido por doping y no podía jugar ni siquiera partidos a beneficio, pero se rebeló y decidió entrar a la cancha para colaborar con lo que sería el "Centro de Día Caminemos Juntos de Tres Arroyos".



Otra de las historias que se pueden conocer es la de un niño de 8 años que buscaba una consola en el free shop del Aeropuerto de Cancún en 2001 y terminó explicándole a Maradona cómo se jugaba al Pokemon.



Rompiendo una cama de un adolescente en Mendoza, jugando en su quinta de Moreno un picado con chicos de entre 8 y 14 años contra un músico de reggae de Guyana, en sunga en una playa uruguaya... Hay para todos los gustos y, sobre todo, para deleitarse (y dibujar una sonrisa) al seguir recordándolo.

Tanto Cukierkorn como Schor también tienen sus anécdotas y fotos con el Diego, aunque con particularidades.

El primero fue retratado en 1999 cuando era asistente de producción de Día D, el programa conducido por Jorge Lanata: el 10 fue al piso y un fotógrafo de la revista Gente hizo imágenes de todos los trabajadores del canal América con Maradona, pero después ninguno pudo conseguir esas fotos. "Viajé un piso en ascensor con Diego", recordó, entre risas.

El segundo fue a filmar una publicidad al predio de la AFA en Ezeiza en 2010, previo al Mundial de Sudáfrica. Su foto con el 10 es en plena "cagada a pedos", ya que el entonces DT de la Selección quería terminar rápido con la grabación para poder dedicarse a la celeste y blanca: un día después debía dar a conocer la lista definitiva de los convocados para competir en la máxima cita del fútbol.

A paso firme y sin presiones, Cukierkorn y Schor van completando el "mega álbum de figuritas" del 10 y, como dos niños, van diciendo "late, late, late", pero no saben si se refieren al "la tengo" que marcó miles de infancias o al latido del corazón al descubrir historias casi desconocidas del verdadero Diego de la gente.