Funcionarios políticos europeos expresaron hoy su rechazo a la creación de la Superliga de Fútbol de aquel continente, que también despertó el descontento de la FIFA y la UEFA.

Boris Johnson, primer ministro británico, remarcó: "Sería muy dañina para el fútbol. Golpearía el corazón del deporte doméstico y preocuparía a los aficionados de todo el país".

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló: "Es una amenaza al principio de solidaridad y el mérito deportivo. Apoyo la posición de los clubes franceses de rehusar su participación".

El vicepresidente de la Unión Europea, Margaritis Schinas, consideró: "Debemos defender un modelo europeo de deporte basado en valores como la diversidad y la inclusión. No hay margen para reservarlo para los pocos clubes ricos y poderosos".

El Gobierno de España, a su vez, anunció que "no apoya" la iniciativa porque "ha sido pensada y propuesta sin contar" con las organizaciones representativas, tanto a nivel nacional como internacional.

En Italia, el primer ministro, Mario Draghi, manifestó: "El Gobierno sigue de cerca el debate en torno al proyecto de fútbol de la Superliga y apoya firmemente las posiciones de las autoridades del fútbol italianas y europeas para preservar las competiciones nacionales, los valores de mérito y la función social del deporte".

Hasta el momento, los clubes participantes del certamen serían Milan, Inter y Juventus de Italia; Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur de Inglaterra; Atlético Madrid, Barcelona y Real Madrid de España.