Con cuatro goles, dos de una hermosa factura, el argentino Lionel Messi se encargó de hacer olvidar los sinsabores de una convulsionada semana en Barcelona, que goleó al Eibar para seguir en la lucha por el título en la Liga.

La "Pulga", capitán del conjunto culé, acumuló una sequía goleadora de 388 minutos, ya que no anotaba desde el debut del entrenador Quique Setién contra Granada.

Pasaron cuatro fechas "seco" ante Valencia, Levante, Betis y Getafe, hasta que se destapó y en apenas un tiempo clavó un nuevo triplete para su carrera.

Antes que se cumpla el primer cuarto de hora de juego, Messi recibió en tres cuartos y armó una de sus habituales apiladas, que coronó con un caño a Arbilla y definición suave ante la salida de Dmitrovic.

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