En medio de muchos sinsabores y apenas una alegría deportiva histórica como fue el primer triunfo en la historia frente a Nueva Zelanda, en noviembre de 2020, el ciclo de Mario Ledesma al frente de la Selección argentina de rugby, Los Pumas, dejó más deudas que saldo a favor.

Es que desde que el ex hooker del equipo argentino se hizo cargo del mismo, Los Pumas jugaron 33 partidos, ganaron ocho, con tres empates y cosecharon 22 derrotas, y solo consiguió el 29 por ciento de los puntos en disputa.

Tal vez la decisión de Ledesma se resuma en la propia frase que dijo en la conferencia de prensa de despedida: "Se cumplió un ciclo".

La llegada de Ledesma al banquillo de Los Pumas fue para reemplazar a Daniel Hourcade (fue cuarto en el Mundial de 2015), en junio de 2018, pero los malos resultados del 2021 (perdió con Francia e Irlanda y le ganó a Italia), precipitaron la decisión. 

En el tiempo que estuvo conduciendo a Los Pumas -atravesados por la pandemia de coronavirus y en un complejo panorama- Argentina logró su mayor victoria, como fue ganarle a Nueva Zelanda en el 2020 por 25-15.

Sin embargo, la revancha contra los All Blacks tuvo el tibio homenaje a Diego Maradona, fallecido tres días antes, con la portación de un brazalete negro, mientras que los oceánicos colocaron una camiseta de su selección con el nombre del ex futbolista y realizaron el tradicional haka.

Ledesma, de 48 años y quien como jugador disputó los mundiales de 1999, 2003, 2007 y 2011, tomó la conducción de Los Pumas tras una muy buena temporada con Jaguares, la franquicia que tuvo la UAR en el Súper Rugby, y que en 2018 alcanzó por primera vez los cuartos de final del certamen.

También dirigió a Los Pumas en el Mundial de Japón 2019, donde el conjunto nacional no pudo sortear la primera ronda, tras perder en su zona con Inglaterra (39-10) y Francia (23-21).

Las victorias ante Tonga (28-12) y Estados Unidos (47-17) fueron un paliativo sin demasiado gusto.

Pero durante su gestión al frente del seleccionado, Ledesma tomó decisiones que trajeron algo de polémica, como fue no citar más a Agustín Creevy, darle la cinta de capitán a Pablo Matera, y luego retirársela, cuando se conocieron tuits del jugador de índole homofóbica y racista.