Largas horas de espera, desborde y saludo a la distancia a los héroes que surcaron el cielo porteño
Lágrimas de emoción, cantos por doquier y aplausos. Alegría y desazón. Un día histórico que tuvo millones de protagonistas y una fiesta a medias.
Más de cinco millones de personas inundaron hoy las calles del centro porteño y el conurbano bonaerense para celebrar con los jugadores la conquista del Mundial de Qatar 2022, en una jornada que contó con largas horas de espera bajo el rayo del sol, quejas por el desborde del operativo de seguridad y un final abrupto con saludo a la distancia a los "héroes" albicelestes que surcaron el cielo a bordo de helicópteros.
Desde el inicio de la mañana, el clima festivo fue el soñado por la multitud que se hizo presente en los festejos más allá del colapso de los accesos de la General Paz desde la zona sur y de las avenidas donde estaba previsto el paso de los campeones del mundo en el micro descapotable que los trasladó desde el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza.
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"Estuve cuando llegó la Selección en 1986 y tengo las mismas sensaciones pero con un par de años más. Para mí es la tercera vez que lo veo, pero lo lindo de esto es que los más chicos puedan ver su primera Copa del Mundo. Es algo inolvidable", expresó a NA Carlos, de 55 años, tras arribar desde Florencio Varela.
En esa línea también se expresó Alberto, de 58 y proveniente de Caballito: "Estoy muy contento, más que nada por mis hijos que pudieron sentir lo que es ser campeón mundial. Vinimos caminando desde Congreso porque ahí terminó el Subte A por el servicio reducido. No nos dan más las piernas pero había que estar".
Ninguna generación se quiso perder el acontecimiento y Malena, de 23 años, manifestó: "Feliz, no paro de emocionarme desde el domingo. Es todo alegría. Salimos 8:30 de Morón con el Tren Sarmiento hasta Once y en Once el A. No podía no estar hoy, me lo iba a reprochar mucho".
Con el correr de las horas, la desesperación de la gente fue en aumento: nadie sabía dónde iban a ir los futbolistas que llenaron de alegría al pueblo con la victoria del domingo por penales sobre Francia en la final de la cita mundialista.
El gran enemigo de la tarde fue el calor y la desorganización de la caravana. Muchos sufrieron desmayos por las altas temperaturas o hasta ataques de pánico debido a la marea celeste y blanca que tomó las calles, avenidas y hasta parte de la autopista 25 de Mayo, para luego regresar a sus casas sin la satisfacción que fueron a buscar.
"No fue lo que esperaba pero me voy contento con el clima festivo que hubo, quiero sacarle algo positivo. No vimos a los jugadores, no sabíamos para dónde iban, nos tenían de un lado a otro pero me quedo con la gente y su alegría", manifestó a NA Lionel, cajero de una casa de comidas, de 28 años y de San Antonio de Padua.
Y agregó: "No sé realmente qué pasó, quién tuvo la responsabilidad pero ojalé se den explicaciones. Estuvo muy mal organizado todo, creo que el pueblo se merecía algo mejor".
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Algunos se subieron a semáforos, a señales de tránsito, a carteles de la autopista y hasta a los postes de luz. La locura fue total. El rumor de que la delegación iría a la Casa Rosada descolocó a todos y ocasionó dos corrientes: la de los que desistieron y emprendieron el regreso y la de los que se trasladaron hacia la Plaza de Mayo para sostener la ilusión hasta último minuto.
"Ya está, me quiero quedar con que la Copa está en casa otra vez y con que estuve el domingo y hoy. No todo es negativo pero bueno, la bronca está. Vi que había helicópteros y, como me habían mandado por WhatsApp la información, presté atención y me percaté de que eran los jugadores. Fueron dos minutos y listo", relató Claudia, de 40 años y oriunda de Tigre.
Luciana, de 28 y que llegó desde Villa Fiorito, se quejó en la misma línea: "Era obvio que se iba a desmadrar, la Policía no hizo mucho pero a la vez, con la cantidad de gente que había, no iba a servir nada. Tendrían que haber organizado el tramo si querían caravana".
El mensaje del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, pidiendo disculpas y la noticia de que volverían al predio le puso punto final al sueño principal. Pero, aun así, los hinchas saludaron al cielo al ver cada helicóptero que pasaba y que podía llevar a Lionel Messi o a cualquier agente policial... El disfrute fue a la distancia, observando desde las calles esa suerte de "vuelta olímpica" aérea.
Sin embargo, existieron otros privilegiados que pudieron brindar su cariño a los campeones del mundo en vivo y en directo, mientras avanzaba lentamente la caravana triunfal del plantel nacional por la autopista Riccheri, como Julián, de 17 años y que logró su cometido en Aldo Bonzi.
"(Lionel) Scaloni era el más eufórico, parecía un hincha más que abría los brazos y cantaba a los gritos. Pude ver al 'Dibu' (Emiliano Martínez) con la Copa, que era lo que quería porque no sé si la voy a poder volver a ver", contó el joven extasiado.
Lágrimas de emoción, cantos por doquier y aplausos. Alegría y desazón. El cierre de un día histórico que tuvo millones de protagonistas y una fiesta a medias.