La dupla argentina de Santiago Lange y Cecilia Carranza, campeones olímpicos en Río 2016, se despidieron este martes de Tokio 2020 con una sonrisa gracias a su triunfo en la Medal Race de la clase Nacra 17, pese a que no tenían chances de repetir el podio, en la que podría haber sido su última regata juntos.

Los abanderados de la delegación albiceleste en la ceremonia de apertura admitió que "no es un momento de tomar decisiones", pero ya se habían encargado de explicar que probablemente no compitan juntos en París 2024, la próxima escala de los Juegos Olímpicos.

De todas formas, el "quizás" que entregó Lange, de 59 años, dejó entre abierta la puerta: "Hoy no es el día para tomar decisiones, Ceci y yo no le dimos lugar a pensar en el futuro porque estábamos muy ilusionados con estos Juegos. Estoy muy orgullosos con el plan que hicimos. Quizás haya sido la última juntos o mi última regata en los Juegos Olímpicos"..

El séptimo puesto en la tabla general de la competencia -que ganó la dupla de Italia- dejó un sabor agridulce por aquel día en el que Carranza sufrió una lesión en la espalda que, sumado a las malas condiciones climáticas, torció el rumbo de un camino que estaba enfocado en repetir el podio de Río 2016.

"Desde ayer que estoy tratando de despegar de la mente las emociones, costaba haber podido correr una regata donde no te jugás mucho, pero teníamos que valorar una final olímpica, nuestra última regata juntos. La verdad que no me daba la cabeza, pero le pude ganar", reconoció Lange, que además del oro en Brasil hace cinco años, cosechó sendas medallas de bronce en Atenas 2004 y en Beijing 2008 junto a Carlos Espínola en la clase Tornado.

Carranza, a su turno, también se refirió a la posibilidad de un cambio de equipo: "Fue difícil, pero nos estamos yendo con una final olímpica y que quizás sea el final de nuestro proceso como equipo, y nos regalamos una victoria".

Pero, enseguida, completó: "No hay que sacar conclusiones ni balances, hay que pensar y reflexionar, pero el camino siempre vale la pena, hemos recorrido un camino increíble de cinco años, con momentos internos y externos difíciles. Tenemos mucha gente al lado que nos ayudó a salir adelante. Estuve siete años al lado de una leyenda y soy otra deportista gracias a él. Aprendí todo lo que podía".

El triunfo en la Medal Race puede parecer un consuelo para la dupla que emocionó hasta las lágrimas en Río 2016 y que trabajó como pudo en las condiciones adversas que planteó la pandemia de coronavirus y sus restricciones en Argentina.

"Cuesta encontrar la conciliación cuando hay esa mezcla de emociones, tristeza normal, que hay que aceptarla. Tuve que recuperar la espalda para poder correr hoy, lo mismo que hago todos los días para competir", cerró.