El defensor de Boca Bruno Valdez reveló los motivos por los que ingresó en los últimos minutos de la final de la Copa Libertadores para jugar como centrodelantero y aseguró que fue un pedido suyo al ahora ex entrenador Jorge Almirón para intentar empatar el partido ante Fluminense de Brasil.

"Entré de nueve. Lo que pasa es que en los últimos minutos, el profe miró para atrás y yo tenía unas ganas inmensas de poder entrar, ya no teníamos delanteros en el banco. Le dije si me podía poner de nueve para buscar los centros, tenía mucha confianza y lastimosamente no me quedó ninguna", expresó Valdez en declaraciones a medios de Paraguay.

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La entrada del marcador central sorprendió no solo por la posición en el campo de juego que ocupó, sino también porque reemplazó a Nicolás Figal, que en ese momento era uno de los puntos más altos del equipo de Almirón y dejó la cancha con un notorio enojo con el técnico.

"El vestuario quedó en silencio, hubo mucha tristeza, nos mirábamos... Nada que reprocharnos, metimos huevos. Tenía una ilusión grande. Ahora pasamos página, tratar de volver a clasificar para la siguiente Copa", agregó sobre la caída con el "Flu".

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Y añadió: "Fue una tristeza grande, teníamos la ilusión, la obsesión, como dicen ellos, de conseguir el título. No se pudo. En frío, llegar a esa final también es meritorio. Ahora, mirar para adelante. Corregir detalles y volver a pelear y ganar".

Por último, se refirió a la insólita expulsión del lateral izquierdo Frank Fabra: "Si nos quedábamos con once podríamos haber cambiado el resultado, pero no lo sabemos. Esto sigue. Román (El vicepresidente Juan Román Riquelme) nos dijo que es obligación ganar la Copa Argentina, en la Liga estamos lejos".