Este es el estado de situación del fútbol en las principales ligas.

Inglaterra:

Los últimos 10 campeones de la Premier son:

  • 2013/14: Manchester City
  • 2014/15: Chelsea
  • 2015/16: Leicester City
  • 2016/17: Chelsea
  • 2017/18: Manchester City
  • 2018/19: Manchester City
  • 2019/20: Liverpool
  • 2020/21: Manchester City
  • 2021/22: Manchester City
  • 2022/23: Manchester City

Síntesis: seis títulos para el Manchester City, dos para el Chelsea y uno cada uno para el Leicester y para el Liverpool.

España:

Los últimos 10 campeones de La Liga son:

  • 2013/14: Atlético de Madrid
  • 2014/15: Barcelona
  • 2015/16: Barcelona
  • 2016/17: Real Madrid
  • 2017/18: Barcelona
  • 2018/19: Barcelona
  • 2019/20: Real Madrid
  • 2020/21: Atlético de Madrid
  • 2021/22: Real Madrid
  • 2022/23: Barcelona

Síntesis: cinco campeonatos para el Barcelona, tres para el Real Madrid y dos para el Atlético.

Italia:

Los últimos 10 campeones de Serie A son:

  • 2013/14: Juventus
  • 2014/15: Juventus
  • 2015/16: Juventus
  • 2016/17: Juventus
  • 2017/18: Juventus
  • 2018/19: Juventus
  • 2019/20: Juventus
  • 2020/21: Inter
  • 2021/22: Milan
  • 2022/23: Napoli

Síntesis: siete para la Juventus y uno para el Inter, Milan y el Napoli.

Alemania:

El equipo que se apoderó de los últimos 10 títulos en la Budesliga fue:

  • 2013/14: Bayern Münich
  • 2014/15: Bayern Münich
  • 2015/16: Bayern Münich
  • 2016/17: Bayern Münich
  • 2017/18: Bayern Münich
  • 2018/19: Bayern Münich
  • 2019/20: Bayern Münich
  • 2020/21: Bayern Münich
  • 2021/22: Bayern Münich
  • 2022/23: Bayern Münich

La síntesis está dada.

Francia:

Los últimos 10 campeones de Ligue 1 son:

  • 2013/14: PSG
  • 2014/15: PSG
  • 2015/16: PSG
  • 2016/17: Mónaco
  • 2017/18: PSG
  • 2018/19: PSG
  • 2019/20: PSG
  • 2020/21: Lille
  • 2021/22: PSG
  • 2022/23: PSG

Síntesis: ocho títulos para PSG y uno para el Lille y otro para el Mónaco.

Argentina:

Los últimos 10 campeones de Liga Argentina son:

  • 2013/14: Racing
  • 2014/15: Boca
  • 2015/16: Lanús
  • 2016/17: Boca
  • 2017/18: Boca
  • 2018/19: Racing
  • 2019/20: Boca
  • 2020/21: River
  • 2021/22: Boca
  • 2022/23: River

Síntesis: cinco campeonatos para Boca, dos para Racing y River y uno para Lanús.

¿Qué queremos decir con todo esto?

Que el fútbol hoy está intervenido por el capitalismo. Está hecho para que lo disfruten los poderosos económicamente. Para que, aquellos que tienen la plata suficiente para dominar el mercado de pases, sean los que obtengan los títulos.

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Los mercados fuertes (futbolística y económicamente) son los amos del fútbol, algo que hasta ahora le venía como anillo al dedo a los clubes europeos, que se aprovechaban los mercados más débiles (el sudamericano y el africano) para nutrirse de estrellas que les permitieran obtener sus éxitos. Pero cuidado, muchachos, que aparecieron los árabes (de diferentes procedencias) y los estadounidenses y lo que hasta ayer era hermoso porque podían ganar siempre, tal vez se les vuelva en contra. Y esas reglas de la ley de la selva que los beneficiaron por más de una década se les vuelvan en contra.

En el listado que compartimos más arriba vimos lo que pasa en las ligas locales. Pero qué ocurre si analizamos los torneos más importantes de clubes, como es el caso de la Champions y de la Copa Libertadores. En la Champions hay una gran diferencia entre los clubes españoles e ingleses y el resto, especialmente porque esas Ligas locales son más competitivas que las otras. El Bayern Münich juega solo en Alemania mientras que el PSG no tiene rivales en Francia.

Por eso, de los veinte finalistas de la última década ocho fueron españoles, siete ingleses, tres italianos y apenas uno francés y otro alemán. Esto quiere decir que aquí sí hay una mezcla entre lo deportivo y lo económico. Son mejores aquellos que compiten más.

Si se mira la Copa Libertadores se verá algo parecido, pero con una salvedad: en los últimos años el fútbol brasileño parece haber quebrado la supremacía argentina porque el real tiene un valor específico infinitamente superior al peso argentino.

En los últimos diez torneos los finalistas fueron 10 brasileños (seis en las últimas tres finales), seis argentinos, dos paraguayos y uno colombiano, ecuatoriano y mexicano. Digamos que los últimos cuatro campeones fueron brasileños (Palmeiras y Flamengo, dos veces cada uno).

Frente a esta tendencia uno podría esperar que los dirigentes del fútbol mundial comenzaran a preocuparse por la salud del deporte. Un deporte sin competitividad carece de atractivo, y eso es lo que está pasando en el fútbol desde hace un tiempo.

En Inglaterra, juegan por el título el Manchester City, el Liverpool y algún otro colado. En España, Barcelona, Real Madrid y, ponele, Atlético Madrid o alguno más. En Francia, el PSG pelea hasta que quedan diez fechas con un adversario que al final se cae a pedazos.

Italia está un poco más variopinto luego de los infumables dominios de la Juventus (nueve veces campeón entre el 11 y el 20) y del Inter (5 títulos entre el 5 y el 10). Alemania es un embole: le cuelgan la medalla al Bayern Münich antes de empezar.

Y en Argentina todo pinta para que Boca y River jueguen una liga y el resto otra.

O sea: aburridísimo

¿Acaso a los genios de la FIFA no se les ocurre trabajar para igualar las potencialidades?

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Y si no se les cruza a los genios de la FIFA porque están más preocupados haciendo negocios con los árabes y los estadounidenses antes que pensar en la salud del juego, ¿qué hacen los directivos de la Conmebol, que ve la Copa Libertadores se está convirtiendo en una especie de Brasileirao? Y mejor dejemos para otro artículo los escandaloso arbitrajes que benefician a los conjuntos brasileños una y otra fecha de la Libertadores y de la Sudamericana.

Nadie pide que se termine el capitalismo. No somos tan idiotas (un poco sí). Sabemos que estamos condenados a vivir por muchos años bajo un sistema económico que les da mayor rentabilidad a los poderosos y que hunde en el fondo del mar a los más débiles. No somos ilusos o bobos.

Pero sí tenemos que alertar a los gerontes que se sientan en las oficinas de la FIFA, la CONMEBOL y la FIFA que estás conspirando contra la mayor fortaleza del fútbol: su imprevisibilidad, la chance de que cualquiera puede vencer al más pintado. Si el fútbol pierde esa condición, ya no tendrá alma. Y un deporte sin alma no le importa a nadie.

Por ahí es el momento que se sienten a pensarlo. Límites salariales, topes en contrataciones de extranjeros, presupuestos acotados y tantas otras cosas pueden servir para que los equipos equilibren su poderío. Les avisamos que hay un problema. Y que si no lo atacan a tiempo, se les puede ir de las manos. Y después, cuando todo se vaya al carajo, no se quejen.