Anne Descamps, vocera de la organización de los Juegos Olímpicos de París 2024, pidió disculpas por la imagen de “la última cena” en la ceremonia inaugural del evento, la cual duró más de cuatro horas y, despertó varias polémicas.

Grupos de cristianos tomaron una de las imágenes centrales de la apertura de la cita deportiva como una sátira a la pintura de “La última cena” de Leonardo Da Vinci, símbolo dentro de los miles de creyentes alrededor del mundo.

 Al respecto, Descamps mencionó: “Nunca hubo una intención de faltar el respeto a ningún grupo religioso. La ceremonia de apertura trata de celebrar la tolerancia de la comunidad”.

Por otra parte, Thomas Jolly, director artístico detrás de la ceremonia, aclaró que la polémica escena no fue inspirada por “La Última Cena”, sino que trataba de imitar uno de los festines paganos de los dioses del Olimpo, especialmente de Dionisio.

"Nunca encontrarán en mi trabajo la intención de denigrar a nada ni a nadie", recalcó. 

En cuanto a la Iglesia Católica en Francia no lo tomó de esta forma, y consideró que la escena incluyó momentos de burla hacia el Cristianismo. El Monseñor Emmanuel Gobilliard, uno de los delegados de los obispos de Francia para los Juegos, declaró que "algunos atletas tuvieron problemas para dormir por las consecuencias de esta controversia"

Esta no fue la única polémica de la inauguración, ya que en el tercer acto, en el capítulo “Libertad”, se logró ver a una María Antonieta con su cabeza decapitada mientras cantaba.

Durante el canto, se hizo un Zoom out y la banda de heavy metal llamada Gojira comenzó a tocar con fuerza en la Isla de la Cité. Lo particular de esta escena es que es el mismo lugar donde decapitaron a la reina consorte en 1793 por conspirar contra Francia.