Un día antes de la finalización formal de su contrato, el mediocampista chileno Marcelo Díaz se despidió de Racing con una emotiva carta en la que confesó que en el club de Avellaneda lo "valoraron de una forma atípica en el fútbol".

El "Chelo" recordó los títulos de la Superliga 2018/19 y la Supercopa argentina 2019, aunque dedicó un párrafo especial a aquel gol en el clásico ante Independiente, que le dio el triunfo agónico a la "Academia" cuando jugaba con dos jugadores menos.

La carta completa que Díaz relató en un video institucional publicado por Racing, es la siguiente: 

Dicen que todas las historias tienen un final y parece que eso es cierto nomás. Hoy me toca contarles que no voy a seguir siendo jugador de Racing. Fueron tres años maravillosos en los que Racing pasó de ser el club que me abría las puertas en Argentina, a volverse mi casa. Pase lo que pase, esta siempre será mi casa.

En el Cilindro y en el Tita encontré un refugio donde cobijarme. Acá no solo hice amigos, sino que también hice familia. Acá me valoraron de una forma atípica en el fútbol. Acá lograron que me enamorara de la locura con la que los hinchas viven la pasión por esta camiseta. Acá consiguieron me sintiera feliz.

Me llevo grabado en lo mejor de mi memoria, la vuelta olímpica en el Obelisco, la copa que levantamos en Mar del Plata y la alegría de ese clásico inolvidable, que mediante una banana nos unirá por el resto de nuestras vidas.

¿Qué siento mientras escribo estas líneas? Gratitud, por la oportunidad que me brindó esta institución a mediados de 2018. Tranquilidad, por haberlo dejado todo por el equipo desde el primer día. Y mucha tristeza por no haberme despedido de ustedes en un Cilindro repleto. Me hubiese encantado aplaudirlos desde el campo de juego para retribuirles al menos una mínima parte del enorme cariño que me brindaron todos estos años.

A quienes me acompañaron en el día a día solo puedo agradecerles. A mis compañeros, a los cuerpos técnicos, al cuerpo médico, a cada empleado y empleada del club, a los dirigentes. Sin su apoyo yo no hubiera podido disfrutar como disfruté de cada entrenamiento, cada almuerzo, cada viaje. Ratifico algo que repetí en muchas ocasiones: en Racing me encontré con un grupo humano sensacional que supo estar a la altura de la grandeza de este club. El sentido de pertenencia que nos hermanó es el que que logrará que seamos recordados con orgullo por las generaciones que entran.

Es momento de soltar ese hasta luego que tanto cuesta pronunciar. De buscar nuevos desafíos desafíos deportivos para mi carrera, y de decirles eso que tantas veces les escuché cantar: "Racing se metió adentro de mi corazón, y nunca va a salir". Hasta luego pueblo racinguista. Gracias toda la vida.