El astro brasileño Edson Arantes do Nascimento, conocido como Pelé, falleció hoy a los 82, y tiempo atrás, al conocer la noticia del deceso de Diego Armando Maradona, se había esperanzado con poder jugar "un día" con el Diez "juntos a la pelota en el cielo".

"Qué triste noticia. Perdí a un gran amigo y el mundo perdió una leyenda. Aún queda mucho por decir, pero por ahora, que Dios dé fuerzas a los miembros de la familia", escribió Pelé hace poco más de dos años a través de sus cuentas en las redes sociales.

Pese a que nunca tuvieron una relación muy cercana, quizás por la inevitablemente competencia entre ambos, Pelé se esperanzó con que en otra vida pudieran ser compañeros. "Un día, espero que podamos jugar juntos a la pelota en el cielo", cerró su mensaje de despedida a Maradona.

La relación de Maradona y Pelé tuvo altibajos, sobre todo por la rivalidad argentino-brasileña, pero además por los estilos antagónicos en la vida misma.

Muchas veces Maradona criticó al astro brasileño, incluso en su vida íntima y personal, pero de manera contradictoria también tuvo sus acercamientos, como cuando lo invitó a su programa de televisión "La noche del Diez", en 2005.

La carta que le escribió Pelé a Maradona tras el fallecimiento del Diez: "Espero que podamos jugar juntos en el cielo"

Pelé, en ocasiones, también dijo que Alfredo Di Stéfano era el mejor jugador argentino, y el propio "O Rei" decía que él era "el Beethoven del fútbol".

"En un estadio de fútbol nunca se escuchó Beethoven. En cambio yo soy el Ron Wood, el Keith Richards y el Bono del Fútbol. ¡Tomó mal la pastilla y dice estupideces!", le respondió Maradona en ese momento.

En "La Noche del Diez", Maradona entrevistó a Pelé y el propio ídolo brasileño le dijo que era "un orgullo" estar con él ahí, "de todo corazón".

En la entrevista, incluso, Maradona se "solidarizó" con Pelé por la situación que en ese momento atravesaba su hijo Edinho, ex arquero de Santos, quien había sido detenido en un operativo antidrogas.

El final del programa los encontró jugando un "cabeza a cabeza" que se hizo casi interminable, al punto que hasta el propio Pelé, mientras devolvía el balón, preguntaba "¿cuándo va a parar?".