Just Fontaine, el goleador cantor
El franco-marroquí falleció esta mañana a los 89 años en Toulouse. Tiene el récord de goles en un Mundial.
Murió Just Fontaine, el máximo artillero en un Mundial con 13 goles. Un goleador implacable que apareció como un relámpago hasta que las lesiones lo retiraron a los 29 años.
Ubiquémonos en París, a fines de la década del 50. Más precisamente en el Parque de los Príncipes. Un hombre elegante desciende de un auto último modelo mientras entona dulces melodías ante el aplauso de los presentes. Es lo más parecido que uno se pueda imaginar a un modelo, a uno de esos personajes que aparecen en las tapas de las revistas con carísimos trajes. Es simpático y popular. La gente lo adora. Cada vez que aparece las multitudes se juntan para abrazarlo y pedirle autógrafos. ¿Es un actor? No. Es un jugador de fútbol, el hombre que estremece con sus goles cuando se pone la camiseta del Reims. Y tiene nombre y apellido: Just Fontaine.
Pero no todo fue un cuento de hadas. Su vida también supo de durísimas situaciones que lo llevaron al límite. Por un lado, aún posee la marca de haber sido el máximo artillero del Mundial de Suecia (1958), con 13 goles, una cifra que no fue alcanzada en un solo torneo por todos los fenómenos que lo siguieron, desde Pelé hasta Messi, pasando por Müller, Riva, Benzema o Ronaldo y hasta el mismísimo Maradona. Pero también está el dolor porque su carrera deportiva fue corta y apresurada por las graves lesiones que lo persiguieron. Jugó apenas hasta los 29 años.
En Marruecos, Niza y Reims
Nació en Marruecos. Era hijo de un francés de Toulouse que trabajaba como inspector en una tabacalera. Una vez terminada la escuela en el Liceo de Casablanca, comenzó a jugar en la Unión Deportiva Marroquí, equipo con el que ganó la Copa del Norte. Registren este dato: marcó 62 goles en 48 partidos.
Desde Francia le pusieron el ojo y le ofrecieron pasar al Olimpique de Niza, en 1953. Aceptó y, desde allí, comenzó a forjar su fama de goleador hasta que lo convocan a la Selección de Francia, en la que debutó un año después de llegar a Francia, en 1954, aunque sin tiempo para ser tenido en cuenta para el Mundial.
Gracias a sus goles el Olimpique fue campeón. Fontaine brilló junto al entreala argentino Luis Carniglia. En 1954 ganó la Copa de Francia frente a Marsella, pero todo se interrumpió cuando fue convocado al servicio militar. Cuando regresó lo bajaron a la reserva y allí el Stade Reims ofreció 10 millones de francos para quedarse con el pase del goleador. Y se fue a Reims.
Su aporte a la selección comenzó el 17 de diciembre de 1953. Ese día, Francia derrotó 8 a 0 a Luxemburgo (tres goles suyos), con esta alineación: Kress, Pazur, Brust, Lemaitre, Bieganski, Mahjoub, Desgranges, Foix, Fontaine, Oliver y Vincent.
El servicio militar y las lesiones lo alejaron del equipo nacional hasta 1956, cuando regresó para la derrota por 2 a 1 con la Hungría de Bozsik, Grosics, Sandor, Koscis, Hidegkuti, Puskas y Szibor.
Just Fontaine, Raymond Kopa y Roger Piantoni, la delantera de aquel Stade de Reims.En el debut en Suecia, el 8 de junio de 1958, Francia le marcó 7 goles al arquero paraguayo Mayerregger, 3 de ellos con el sello de Fontaine (terminó 7 a 3). Francia perdió con la Yugoslavia de Sekularak por 3 a 2 (dos goles de Fontaine), pero se rehízo contra Escocia al ganar 2 a 1 (un gol de Fontaine). Luego apabulló a la Irlanda del Norte de Blanchfloer y McParland, por 4 a 0 (otros 2 goles) para perder posteriormente con Brasil por 5 a 2 (con otro gol de Fontaine), equipo que luego sería el campeón del mundo. Francia se quedó con el tercer puesto del torneo al vencer por 6-3 a Alemania, con 4 goles de Fontaine. 13 goles en un Mundial.
En paralelo a sus sucesos deportivos desarrolló su carrera como cantante. Vendía muchos discos gracias a su voz suave. Decía: “Yo sé que no soy un gran cantante, pero me pagan muy bien y no es culpa mía que a otros que quizá canten mejor les ofrezcan menos”.
Eran tiempos de una vida muy agitada. Así la narraba su vida el propio Fontaine: “El domingo ganamos con el Reims a Lyon, por 3 a 0; el lunes fui a París para un amistoso internacional con Chile el miércoles y estuve concentrado; el jueves, de vuelta a Reims a entrenarse fuerte porque el domingo jugamos afuera del país. Así, casi todas las semanas. Por eso, soy feliz cuando llego a casa y comparto unas horas en mi hogar”.
Siguió en la selección con Kopa y Piantoni. Y aquel equipo produjo una seguidilla de triunfos impactantes: 5-3 a Portugal; 5-2 a Austria; 4-3 a España; 6-0 a Chile. De esos 20 goles, 9 son de Fontaine. Pero nadie se imaginaba que esa goleada a Chile, con 2 tantos suyos, el 6 de marzo de 1960, sería su última actuación internacional.
Siguió su vida como cantante, director técnico, hombre de negocios y su figura nunca se oscureció pese al retiro. Siempre fue una persona reconocida y amada. Sus 13 goles en el Mundial de Suecia jamás fueron olvidados. Ni lo serán. Hoy dejó el mundo de los vivos, a los 89 años, para encontrarse en una dimensión distinta con otros grandes. Seguro que algún arco va a encontrar. Y ni que hablar si se junta con Diego.